El cardenal Steiner reclama que las “comunidades de la Amazonía celebren algunos sacramentos sin sacerdotes”

“Muchas mujeres están encargadas de liderar las comunidades y nos gustaría que algunas comunidades más lejanas pudieran celebrar algunos sacramentos, por ejemplo el bautismo, sin la presencia de un sacerdote”. Es la reivindicación que lanzó hoy el cardenal cardenal franciscano y arzobispo brasileño de Manaos, Leonardo Ulrich Steiner, en la rueda de prensa que recoge el día a día de lo que sucede en el interior del Aula Pablo VI, en el transcurso de la segunda vuelta del Sínodo de la Sinodalidad que se celebra durante este mes en Roma.

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Es más, el purpurado aseveró ante los periodistas que “muchas de nuestras mujeres son diaconas sin serlo de forma oficial, no tenemos una palabra que corresponda al rol que realizan y su responsabilidad en el seno de la Iglesia es increíble”. En este sentido, aplaudió cómo “las mujeres han sido y son fundamentales para llevar adelante la vida de las comunidades” y son “muy activas” en todos los ámbitos de la pastoral, como la penitenciaria, asistencial…

Cuestiones abiertas

“¿Por qué no volver a proponer el diaconado femenino? Ya tuvimos una Iglesia así, con este rostro”, se planteó el cardenal. A la vez lanzó otra cuestión: “¿El diaconado de las mujeres no puede ir de la mano del diaconado permanente de los hombres?”. Eso sí, aclaró que “no debemos abrir las puertas a una cuestión de género, sino que se trata de una cuestión de vocación de la mujer en la Iglesia y en nuestras comunidades”.

Preguntado por el debate sobre el celibato, el cardenal compartió que “el Santo Padre no ha cerrado esta cuestión”, a la vez que reconoció que el hecho de que no se diera un paso adelante tras el Sínodo de la Amazonía fue “una decepción”. “En algunas realidades no supondría ninguna dificultad admitir hombres casados para la ordenación, aunque para otras realidad sí suponga grandes dificultades”, apostilló. “Tal vez el Santo Padre tenga la capacidad de seguir adelante, pero por su enorme sensibilidad quizá todavía no ha querido hacerlo”, añadió. Eso sí, defendió que “tenemos que seguir hablando de esto y ahondar más en la cuestión de la comunidad y la ministerialidad”.

Liderazgo comunitario

Steiner calificó de “riquísima” la experiencia que se está dando en estos días, en tanto que “amplía los horizontes de comprensión de que es la sinodalidad”. Steiner aseguró que cada vez se está aterrizando en lo concreto la dinámica sinodal y presumió de que en su archidiócesis “cada vez son más los laicos y las laicas que son líderes en sus comunidades”. “Discutimos y decidimos juntos en libertad las líneas pastorales”, incidió, con la mirada puesta a la necesidad de una “mayor apertura a la interculturalidad y a la interreligiosidad”.

El purpurado comentó también la necesidad de abordar el cuidado de la Casa común con una mirada sinodal: “Estamos viviendo un momento dramático en la Amazonía por falta de lluvias y en los grandes ríos no se puede navegar porque están secos, eso es sinónimo de muerte”.

Culturas diferentes

En el encuentro con los medios, también intervino  el neocardenal arzobispo de Turín, Roberto Repole, que remarcó que el Sínodo es reflejo de “catolicidad” de la Iglesia “en medio de culturas diferentes”. Por su parte, la superiora general de las hermanas del Carmelo Apostólico, la india Nirmala Alex Maria Nazareth

, hizo un llamamiento a los católicos para que evalúen hasta qué punto “estamos abiertos a la escucha del Espíritu de Dios y a ser guidos por su gracia”. “Siento grandes esperanzas en este camino abierto, no nos puede llevar hacia atrás, siempre tenemos que ir hacia adelante aunque no sepamos muy bien hacia qué dirección”, planteó.

El prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, puso en valor cómo en la asamblea se hizo hincapié en la necesidad de una mayor presencia en el mundo digital y de abordar una pastoral específica para las grandes ciudades.  Por su parte, Sheila Pires, secretaria de la Comisión para la Información de la asamblea sinodal, remarcó que en el aula se puso sobre la mesa en la necesidad de eliminar “privilegios” en las relaciones eclesiales.