En un mensaje dirigido al Día Mundial de la Alimentación, el papa Francisco llamó a la comunidad internacional a promover un cambio significativo en los sistemas alimentarios globales, garantizando el derecho básico a la alimentación digna para todos.
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Así, en un mensaje a la FAO, Francisco destacó que “el derecho a los alimentos es prioritario”, ya que cumple con una necesidad humana fundamental: alimentarse adecuadamente para vivir una vida digna. En sus palabras, este derecho “frecuentemente es menoscabado y no aplicado con justicia”, lo que desencadena consecuencias graves para millones de personas.
El Papa reconoció, además, el esfuerzo de la FAO en la búsqueda de una “transformación de los sistemas alimentarios” que considere la diversidad, accesibilidad y sostenibilidad de los alimentos. La clave, ha señalado Francisco, está en lograr una seguridad alimentaria global que ofrezca alimentos nutritivos y saludables a todas las personas.
En este contexto, el pontífice subrayó que “no debemos olvidar la dimensión social y cultural” de la alimentación, haciendo un llamado a los responsables internacionales a escuchar las demandas de agricultores pequeños y medianos, así como a las familias y comunidades que intervienen en la cadena alimentaria.
Solidaridad y justicia
En su mensaje, Francisco hace énfasis en que las soluciones efectivas para el problema del hambre global solo serán posibles si se fundamentan en “los principios de subsidiariedad y solidaridad”. Recordó que es esencial escuchar las necesidades de aquellos que están “abajo” en la estructura alimentaria global: agricultores, trabajadores, personas en zonas rurales aisladas y quienes sufren carencias básicas.
En sus palabras, el Papa también enfatiza la importancia de actuar con un espíritu de justicia y fraternidad, principios que deberían guiar la cooperación internacional. “La protección de las generaciones futuras irá de la mano de la escucha y la actuación a favor de las demandas de las generaciones presentes”, subraya.
Esta visión aboga por una “alianza intra e intergeneracional” que fomente la fraternidad y un nuevo sentido de cooperación a nivel mundial, y espera que sirva de motivación para que las organizaciones multilaterales asuman un papel activo en este esfuerzo.
Llamamiento a una ecología integral
Además, el Papa subrayó la necesidad de aplicar el paradigma de una “ecología integral”, que no solo respete el medio ambiente, sino que también garantice la dignidad humana. “Este planeta que Dios nos ha dado ha de ser un jardín abierto a la serena convivencia”, señala Francisco, recordando que el bienestar de la humanidad está estrechamente ligado a la conservación de la naturaleza.
Al concluir su mensaje, Francisco afirmó que la Santa Sede y la Iglesia católica seguirán apoyando a la comunidad internacional en la misión de erradicar el hambre. Así, apuntó que el compromiso de la Iglesia persiste en su misión de “brindar su tenaz contribución para que todos puedan disponer de alimentos en cantidad y calidad adecuadas”, con el objetivo de asegurar una vida digna para todos y de combatir definitivamente la “dolorosa lacra de la miseria y el hambre en el mundo”.