Alberto Puíggari, titular de la arquidiócesis de Paraná, recibió unas reliquias de Juan Pablo I, con un certificado del Sagrario Apostólico con la firma de Diego Ravelli, maestro de celebraciones litúrgicas pontificias, con el aval también de la Fundación Vaticana Juan Pablo I.
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Ahora, llegó a la catedral Nuestra Señora del Rosario, a través del sacerdote de la arquidiócesis de Buenos Aires, José Dabusti, quien promovió el rezo al papa Juan Pablo I para que, a través de su intercesión, se curara la niña Candela Giarda que recibió el milagro del actual beato.
La reliquia consiste en un pedazo de una sotana que utilizaba diariamente el beato cuando era Cardenal y Patriarca de Venecia. Después de su muerte, la religiosa Vincenza Taffaril entregó a una sobrina. Luego, según declaraciones de Dabusti, estos presentes fueron reservados y resguardados especialmente para este evento.
Entronización
El arzobispo celebró una misa de acción de gracias por este regalo, y valoró este signo para la Iglesia local: “Recibir estas reliquias, y que sea a causa de un milagro ocurrido en Paraná, es una gracia enorme para los cristianos. La reliquia es un recuerdo de una persona como nosotros, con todas nuestras dificultades, que es un hombre o una mujer que supo vivir una vida heroica al servicio de Dios y de los hermanos”.
Más tarde, esta reliquia fue llevada en procesión a la parroquia Inmaculado Corazón de María (barrio Bajada Grande), lugar donde fue entronizada por el pbro. Eduardo Jacob, de la r se entronizó para su veneración. Los alumnos del colegio Juan Pablo I y miembros de la comunidad arquidiocesana, acompañaron este acto, junto a la misma Candela, su mamá Roxana Sousa, y el padre Dabusti.
Asimismo, desde la Fundación Pontificia Juan Pablo I, siguieron las instancias de este acto eclesial en la arquidiócesis.