Vaticano

Francisco recuerda que la verdadera inclusión se basa en el “respeto a la dignidad de todos”

El Papa urge a líderes del G7 a erradicar la “cultura del descarte” y priorizar la accesibilidad universal





En una audiencia en el marco de la Cumbre del G7 de Inclusión y Discapacidad, el papa Francisco ha subrayado la importancia de promover una sociedad en la que todas las personas puedan participar plenamente, más allá de sus capacidades.



Durante el encuentro, el Papa agradeció a los asistentes por su compromiso y destacó que este encuentro, con motivo del G7, “es un signo concreto del deseo de construir un mundo más justo, más inclusivo, donde cada persona, con sus propias capacidades, pueda vivir plenamente y contribuir al crecimiento de la sociedad”.

Francisco, quien se refirió a las “habilidades diferentes” de las personas en lugar de “discapacidad”, destacó un ejemplo inspirador: “Recuerdo un grupo que vino aquí, de una empresa, de un restaurante; tanto los cocineros como los que atendían el comedor eran todos niños y niñas con discapacidad. Pero lo hicieron muy bien. Muy bien”. Esta visión refleja el compromiso de Francisco con una sociedad sin barreras y en la que todos son valorados por sus contribuciones.

Francisco en su audiencia con el G7

Contra la “cultura del descarte”

La ‘Carta Solfagnano’, firmada en la reunión del G7, aborda temas clave como la inclusión, la accesibilidad y la vida independiente. El Papa subrayó que estos principios son esenciales para erradicar la “cultura del descarte” y en línea con la visión de la Iglesia sobre la dignidad humana. “Cada persona es parte integral de la familia universal y nadie debe ser víctima de la cultura del descarte, nadie”, recalcó Francisco, recordando que el desarrollo humano depende de la contribución de los más vulnerables.

El Pontífice también enfatizó la necesidad de políticas de inclusión más sólidas en todos los países y de cambiar la mentalidad social para ver a las personas con discapacidad como “participantes plenos en la vida social”. En este sentido, destacó la importancia de la accesibilidad universal para que todos puedan “hacer uso de sus talentos y contribuir al bien común”.

Con un mensaje esperanzador para los líderes del G7 y los ministros presentes, el Papa concluyó: “Os insto a continuar en este camino, inspirados por la fe y la creencia de que cada persona es un don; cada persona es un don precioso para la sociedad”.

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