Vuelve a Colombia el debate sobre cadena perpetua a violadores y asesinos de niños, tras el asesinato de Sofía Delgado Zúñiga, de tan solo 12 años, registrado en en el corregimiento de Villagorgona, en el departamento Valle del Cauca, sur del país.
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La menor estuvo desaparecida 19 días cuando salió a comprar un champú en el sector de la Candelaria, donde residía. Desde entonces autoridades y comunidad salieron tras su búsqueda, que terminó en el dantesco hallazgo.
Brayan Campo confesó su crimen, el victimario tenía antecedentes por abuso sexual y había sido puesto en libertad condicional.
Rodrigo Gallego Trujillo, obispo de Palmira, jurisdicción donde se registró este lamentable suceso, ha expresado sus condolencias a familiares.
“Hoy nos unimos al clamor de toda la comunidad por el respeto y el cuidado de la vida de nuestros niños”, dijo.
Herida en el corazón
El prelado señaló que repudian los actos atroces que atentan contra la integridad y sueños de la niñez, por ende, “no podemos permitir que sigan siendo víctimas del asesinato, de la utilización, el reclutamiento y el abuso”.
Indicó que son crímenes que causan una “herida en el corazón de nuestra sociedad”, por lo que ha pedido a las autoridades tomar acciones urgentes toda vez que “elevamos nuestra plegaria por Sofia Delgado Zúñiga”.
Asimismo ha exigido que este crimen “no quede impune” es un deber de todos defender la vida y dignidad de los niños desde “nuestras familias, comunidades, autoridades y organizaciones”.
“Es nuestro deber sagrado garantizarles un presente y un futuro de paz, donde puedan crecer seguros, amados y respetados. Como Iglesia, reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando por la construcción de una sociedad más justa y humana, en la que la vida de cada infante sea protegida con todo el amor y la dignidad que merecen”, finalizó.
Foto: EFE
