A través de un comunicado facilitado por Moncloa a la agencia EFE, el Gobierno ha hecho saber que el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha asegurado que hay una “amplia vocación de diálogo” con la Iglesia para “alcanzar consensos sobre cuestiones de actualidad como la aplicación de las recomendaciones contenidas en el informe del Defensor del Pueblo sobre las víctimas de abusos en el seno de la Iglesia Católica o el cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática para la resignificación del Valle de Cuelgamuros”.
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En los mismos términos eufemísticos utilizados hace una semana por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras su audiencia con el papa Francisco, Bolaños insistió en materializar la expulsión de los benedictinos del Valle de los Caídos y en fiscalizar el proceso de indemnización a las víctimas de abusos de la Iglesia a través de un organismo y un fondo estatal frente al plan de reparación integral y a la comisión independiente creada por los obispos y religiosos españoles y que ya está en marcha.
Desde la Embajada
El ministro abordó estos asuntos ayer, en el discurso que pronunció en la recepción ofrecida en la Embajada de España ante la Santa Sede, con motivo de la canonización hoy de 14 beatos, entre ellos siete mártires españoles asesinados en Siria en el siglo XIX. A la Embajada, entre otros, acudieron el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella; el cardenal presidente de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano, Fernando Vérgez; el arzobispo de Valladolid y presidente del Episcopado, Luis Argüello y el arzobispo de Valencia, Enrique Benavent.
Bolaños remarcó ante ellos, siempre desde la nota oficial facilitada, que desde el Gobierno de España “se muestra la más absoluta predisposición a llegar a un acuerdo con la Iglesia para resolver estas dos cuestiones continuando con una tradición de máximo entendimiento y lealtad”.
Enrique Benavent, Juan José Omella, Fernando Vérgez, Félix Bolaños, Luis Argüello e Isabel Celaá
Al margen de estos asuntos, verbalizó la que presentó como “inquietud compartida con la Iglesia Católica por los acontecimientos de actualidad como la guerra en Oriente Medio o la crisis migratoria”. Así, expuso “la preocupación del Gobierno de España por la paz, la defensa del derecho internacional humanitario y la situación de los migrantes, implica una reflexión conjunta sobre qué país queremos ser en el mundo y a qué Europa queremos contribuir”.
