Este 18 de octubre la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC) ha cumplido 79 años de labor ininterrumpida. Fue en 1945 cuando la Iglesia, buscando generar un clima de confianza en medio de un contexto político complejo, decide crear esta organización.
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“Era momento de fortalecer personas que tuvieran una buena formación cristiana”, señalan desde la propia AVEC. Entre vaivenes políticos de la época, pasando por la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, fue en 1980 con la promulgación de la ley orgánica de educación cuando elaboran un proyecto educativo.
La AVEC se define como una red de educadores católicos, que agrupa a instituciones educativas que tienen en común un proyecto educativo de calidad, evangelizador, de compromiso creyente y de cambio social.
En 1990, firman con el Estado venezolano un convenio con el que garantizaron la estabilidad jurídica y económica con la subvención de escuelas en sectores populares y en 1992 se instituye, mediante otro convenio, la educación religiosa escolar en toda Venezuela.
Cabe destacar que la labor de la AVEC ha ido más allá de la educación básica, también han dirigido esfuerzos en la constitución de centros de capacitación laboral, institutos de educación técnica y superior, educación intercultural – bilingüe, proyectos editoriales, apoyo a familias y rescate de culturas ancestrales.
“Ser colegios verdaderamente evangélicos, que sean “levadura en la masa de la educación”. / Foto: AVEC seccional San Fernando
Tarea de todos
Los obispos venezolanos han felicitado a la AVEC en un mensaje suscrito por su comisión de educación. Encomiaron a quienes con su esfuerzo y dedicación ratifican que la educación es tarea de toda la sociedad.
“La Iglesia Católica en su misión educadora, institucionalmente y a través del trabajo de sus miembros, es agente de transformación humana, familiar y social, y por tanto valora y aprecia el rol de AVEC como uno de los agentes educativos más significativos del país”, señalaron.
Destacaron que sin el aporte de los docentes “la educación venezolana sería muy distinta” toda vez que esperan que el nuevo año escolar iniciado en octubre esté lleno de mucha esperanza.
Ser agentes de cambio
Antonio Pérez Esclarin, educador y filósofo de origen español, ligado a la red de escuelas de Fe y Alegría, resaltó que “en momentos en que la educación en Venezuela está sufriendo una crisis muy grave, debería estimularnos a los educadores católicos a liderar con entusiasmo el pacto o alianza por la educación”.
“Esto es una exigencia natural de la propuesta de asumir la educación como una acción evangelizadora. Para ello, la educación católica debe permanecer muy fiel a sus raíces que son Jesús y su Evangelio”, apuntó.
Un reto que los docentes venezolanos tienen: ser colegios verdaderamente evangélicos, que sean “levadura en la masa de la educación” para lo que se requiere de “educadores testigos, de fuerte espiritualidad encarnada, de fidelidad rebelde, capaces de gritar con la vida al Evangelio y arrastrar el seguimiento de Jesús”.
“El testigo comunica su propia experiencia, lo que vive, no solo enseña pastoral o religión sino que comunica su pasión, hace seguidores de Jesús, irradia y contagia vida no mera doctrina”, acotó.
Foto: AVEC
