“La Iglesia en África y yo, personalmente, no nos oponemos a la posibilidad de estudiar el diaconado femenino, de considerar esta apertura a tener mujeres diáconos”. Así lo ha expresado el cardenal Fridolin Ambongo Besungu, OFM. Cap., arzobispo de Kinshasa (República Democrática del Congo), durante la rueda de prensa de hoy con motivo de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo.
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Para el purpurado congoleño, “el diaconado existía al comienzo de la Iglesia, no es nada nuevo”. Sin embargo, propone “estudiar qué queremos decir con diaconado. Al comienzo de la Iglesia se trataba de un servicio a la comunidad que no tenía nada que ver con el sacerdocio, no era la primera etapa al sacerdocio, así que el diaconado como servicio estaba también abierto a las mujeres”.
En ese sentido, el también presidente del Simposio Episcopal de Conferencias de África y Madagascar ha señalado que confía en la comisión de estudio creada por Francisco a este respecto, porque es consciente de que “están estudiando profundamente todas estas cuestiones para aclararlas”.
“Si el Papa opina que hay que estudiar esta cuestión, que se estudie, y si él optara por ello nos quedaríamos todos contentos. Él es el Santo Padre y nosotros le seguimos”, ha remarcado.
Tras preguntarle por el diaconado femenino, los medios presentes en la Sala de Prensa del Vaticano le han lanzado dos cuestiones sobre la pastoral LGTBI. Y es que el purpurado ha llegado a afirmar que en África no hay homosexuales. Ambongo ha optado por evitar sendas preguntas.
Por otro lado, ha indicado que “el Sínodo es visto en RD Congo como un kairós. Esta Asamblea se constituyó para buscar una nueva forma de ser Iglesia y no para solventar problemas particulares, aunque los haya. Y creo que hemos permanecido fieles, por lo que estoy satisfecho”.
“Satisfacción general con el documento final”
En la rueda de prensa, Sheila Pires, secretaria de la Comisión para la Información de esta Asamblea, ha recalcado que “el borrador del documento final ha sido, en general, apreciado por los padres y madres sinodales por su equilibrio y profundidad”. “Hay satisfacción general”, ha rematado.
“Hoy ha habido unas 40 intervenciones, la mayoría de ellas relacionadas con los jóvenes, el lugar de la mujer y los laicos en la Iglesia y otras cuestiones sobre el sacerdocio, la vida consagrada y las comunidades de base”, ha explicado.
Mujeres que predican
Por su parte, Andrew Nkea Fuanya, arzobispo de Bamenda (Camerún), ha expresado su “gratitud con el proceso sinodal”. “Volvemos a casa como embajadores de la sinodalidad”. “Para nosotros, en África, la sinodalidad significa rechazar el individualismo y es una llamada a la vida comunitaria”, ha agregado.
Sobre las mujeres, ha expresado su sorpresa con los debates, puesto que “para nosotros las mujeres lo son todo en la comunidad. El sacerdote no está presente todos los domingos porque se tardan horas para llegar a una parroquia. Por eso las mujeres presiden los servicios del domingo, los funerales… Para el bautismo hay que esperar al sacerdote, pero si este no está, el catequista es el responsable”.
Franz-Josef Overbeck, obispo de Essen (Alemania), también ha relatado cómo en su diócesis hay servicios religiosos que son guiados por mujeres ante la escasez de sacerdotes.
Por otro lado, ha comentado que en Alemania la Iglesia se está “reinculturando” en una realidad “postsecularizada”, ya que la mitad de la población no es creyente. “Nos vemos ahora en la necesidad de evangelizar tras años de cristianismo”, ha afirmado.