El obispo de San Cristóbal de las Casas perdona a los “autores de la maldad” que asesinaron al sacerdote mexicano Marcelo Pérez

Rodrigo Aguilar Martínez aseguró que los enemigos del padre se sentían incómodos ante las bienaventuranzas que el presbítero tsotsil proclamaba y llamaba a vivir

padre Marcelo Pérez

Miles de indígenas recibieron el cuerpo del sacerdote Marcelo Pérez en el municipio de San Andrés Larráinzar, en Los Altos de Chiapas.



Fue la mañana del domingo 20 de octubre cuando dos hombres armados, a bordo de una motocicleta, asesinaron al sacerdote tsotsil cuando salía de celebrar la misa en el barrio de Cuxtitalia, de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, a la que pertenecía.

El cuerpo del sacerdote, de 51 años, fue trasladado por la noche, desde san Cristóbal de las Casas a San Andrés Larráinzar, para ser velado en casa de sus padres y posteriormente celebrar la misa de cuerpo presente en la iglesia de San Andrés Apóstol.

A pesar de la fuerte lluvia, miles de indígenas esperaron el cuerpo de ‘tatik’ (señor o padre) Marcelo en la entrada del municipio, para ser llevado en cortejo fúnebre por toda la avenida principal hasta la casa de sus padres. Cabe recordar que el término ‘tatik’, es utilizado también para referirse al obispo Samuel Ruiz, un hombre muy querido en ese estado.

La procesión se llevó a cabo en medio de cantos religiosos y exigencias de justicia para que no quede impune la muerte del sacerdote que fue reconocido a nivel mundial por la defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas.

La misa en la iglesia de San Andrés fue celebrada por el obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, el cardenal Felipe Arizmendi, y concelebrada por el obispo de la diócesis Rodrigo Aguilar Martínez.

En este marco, el obispo Aguilar aseguró que el padre Marcelo era incómodo para los grupos delincuenciales por la claridad y contundencia con que vivía las bienaventuranzas e invitaba a que todo mundo las viviera. “Eso desagradaba a quienes no las querían vivir, y lo vieron como enemigo”, dijo.

Rodrigo Aguilar señaló que el padre Marcelo sabía que por ello su vida estaba amenazada y corría peligro, pero no debilitó su mensaje. “Él decía: ‘darán muerte a mi cuerpo, pero no a mi espíritu'”.

Padre Marcelo Pérez

Foto: Padre Marcelo Pérez Pérez

Y apuntó: “La muerte no es el final de todo, es el inicio de la vida que cuenta. Perdonamos de corazón a quienes ejecutaron esta acción material e intelectual, pero los invitamos a recapacitar: prepárense, no a una vida eterna de condenación. Rectifiquen. Ustedes, autores de la maldad que están escuchando, rectifiquen su vida”.

¡Alto a la violencia!

A través de un comunicado, la diócesis de San Cristóbal de las Casas explicó que el asesinato del padre Marcelo se da en un contexto de violencia, por la presencia de los grupos delincuenciales y la permisividad de las autoridades mediante redes de corrupción.

Tras señalar que esta situación ya se había denunciado desde el 2020 a través de la Carta Pastoral ‘Caminemos juntos a la Luz del Señor’, la diócesis que encabeza el obispo Rodrigo Aguilar Martínez, demandó a las autoridades en los tres niveles de gobierno un alto total a la violencia desbordada en el estado de Chiapas, “fruto de la impunidad, la complicidad, la corrupción, la negación y minimización de los fatales hechos violentos que día con día viven los pueblos indígenas”, especialmente Chicomuselo, Frontera Comalapa, Pantelhó, así como la región de la Sierra y la Fraylesca.

De igual forma, exigieron un urgente desarme, desmantelamiento y desarticulación inmediata de los grupos criminales que imperan en la entidad, y sus redes aliadas, nacionales e internacionales, interesadas en el despojo y control territorial.

La Iglesia pide evitar acusaciones ligeras

Sobre el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez, reconocido defensor de los derechos humanos de los pueblos indígenas, la diócesis exigió el esclarecimiento de los hechos y que se haga justicia hasta llegar a los verdaderos autores intelectuales y materiales, evitando acusaciones ligeras para evadir la presión social.

Asimismo, la diócesis pidió poner un alto a la criminalización y persecución de sacerdotes, misioneros, misioneras, hermanos laicos y laicas, defensores y defensoras de los derechos humanos, comprometidos por la paz con justicia y dignidad, en el servicio pastoral fuera y dentro de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas.

Lo anterior, en clara alusión a la persecución que sufren sacerdotes y agentes de pastoral por las denuncias en contra de los grupos delincuenciales, como ocurrió también con el padre Marcelo, para quien, a mediados de 2022, la Fiscalía General del Estado de Chiapas solicitó a un juez librar orden de aprehensión por el caso de 19 pobladores de Pantelhó desaparecidos el 26 de julio de 2021, presuntamente por el grupo de Autodefensas del Pueblo ‘El Machete’.

El padre Marcelo fue entonces mediador entre los pobladores de Pantelhó y el grupo ‘El Machete’, pero el estado acusaba al presbítero de haber participado en la retención y desaparición de aquellas personas. Finalmente, la orden no fue ejecutada.

La Diócesis de San Cristóbal de las Casas agradeció todas las muestras de solidaridad recibidas de parte de la comunidad eclesial, instituciones afines y sociedad civil nacional e internacional.

“A todos les pedimos que nos mantengamos en comunión en este servicio al que hemos sido llamados a colaborar en los caminos de la paz, como nos mostró en su testimonio de vida hasta el martirio nuestro querido hermano sacerdote Marcelo, hombre de Dios”.

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