La Compañía de Jesús en México, que encabeza -junto con la Conferencia del Episcopado Mexicano y la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos- los ‘Diálogos por la Paz’ en el país, condenó el asesinato del padre Marcelo Pérez, párroco de la iglesia de Guadalupe en la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, ocurrido el domingo 20 de octubre mientras se dirigía a su parroquia después de oficiar una misa en el barrio de Cuxtitali.
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En los últimos dos años, tras el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en la sierra Tarahumara, la Compañía de Jesús ha venido trabajando fuertemente en la reconstrucción del tejido social y de la paz en el país, a través de los Diálogos por la Paz y la Agenda Nacional de Paz.
Padre Marcelo, símbolo de resistencia y acompañamiento
Los jesuitas en México aseguraron que el padre Marcelo fue un símbolo de resistencia y acompañamiento para las comunidades de Chiapas durante décadas, defendiendo la dignidad, los derechos de los pueblos y la construcción de una paz verdadera.
“Su compromiso con la justicia y la solidaridad lo convirtió en un referente para quienes anhelamos un futuro sin violencia ni opresión”, dijeron.
Por ello, los jesuitas rechazaron cualquier intento de minimizar estos hechos como casos aislados, “pues el crimen organizado ha sembrado miedo y dolor en diversas regiones del país, y Chiapas no es la excepción. La violencia en esta región refleja un problema estructural, que demanda una respuesta integral y urgente del Estado”.
“Hacemos un llamado urgente a las autoridades para que respondan con firmeza y restauren el orden y el estado de derecho”, señalaron.
Los jesuitas también condenaron la creciente ola de violencia que asola al estado de Chiapas y otros territorios del país. “Esta región sufre no sólo asesinatos, sino también reclutamiento forzado, secuestros, amenazas y el saqueo de recursos naturales”, denunciaron.
Sobre los problemas específicos que vive el estado de Chiapas, la Compañía de Jesús consideró fundamental que se atiendan las demandas de la comunidad de Pantelhó y se respete la voluntad de las autoridades legítimamente elegidas por la población. “La paz no será posible sin escuchar y dar respuesta a las necesidades de las comunidades que desde hace tiempo luchan por su autonomía y seguridad”.
Finalmente, reiteraron la solidaridad con la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, las comunidades afectadas y con la familia del padre Marcelo Pérez, uniéndose en oración por su eterno descanso y el consuelo de quienes lloran su partida.
“Compartimos con ellas el anhelo de paz, justicia y dignidad que él testificó con su entrega pastoral y servicio incansable. Su asesinato no puede ni debe quedar impune; imploramos que la justicia prevalezca para honrar su memoria y renovar la esperanza en la construcción del reino de Dios, donde reine la paz verdadera”, concluyeron.