Juan Mari Laboa: “Eugenio Nasarre fue un cristiano profundamente europeo en una España franquista”

La Fundación Pablo VI acogió ayer un homenaje al diputado fallecido el pasado enero

Jesús Avezuela, Soledad Becerril y Juan Mari Laboa

El historiador de la Iglesia, Juan Mari Laboa, se muestra preocupado por el riesgo de pensar que “la Transición es un cuento de hadas o de viejas aburridas”, cuando en realidad constituye un momento único en la historia española en el que la Iglesia jugó un papel fundamental. El investigador participó ayer en una mesa redonda con motivo de la presentación del libro ‘Eugenio Nasarre. Un compromiso decidido por el proyecto europeo’, un homenaje a la memoria del que fue diputado en cuatro legislaturas y que falleció de forma repentina el pasado enero. El acto, que se celebró en la Fundación Pablo VI, contó además con la participación de la jurista Belén Becerril; la exministra de Cultura Soledad Becerril; Francisco Aldecoa, presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo; y Jesús Avezuela, director general de la Fundación Pablo VI. Al finalizar el evento, intervino también la viuda de Nasarre, Maxi Serrano.



Laboa destacó de Nasarre que “fue profundamente europeo en una España de Franco antieuropea, tanto desde la Iglesia como desde el Estado”. A partir de ahí, defendió que “los españoles conciliares son quienes fundamentan en una parte de la sociedad ese vuelco hacia una España más identificada con los valores de libertad y democracia de una cultura europea”.

Tradicionalismo

El Papa que más influyó en la Transición española es Pablo VI. No es pensable una Transición tan fuerte en la Iglesia española sin Montini y sus colaboradores ante una Iglesia local que era, en parte, muy poco europea, conservadora, tradicionalista en sus doctrinas y poco identificada con el Concilio Vaticano II”, añadió Laboa. Recordó cómo en Madrid se llegó a convocar una manifestación de estudiantes “aparentemente espontánea, pero dirigida en realidad por el Ministerio de Educación contra el entonces arzobispo Montini, con un cartel que decía: ‘Sofía Loren, sí; Montini, no’”.

Juan Mari Laboa

Juan Mari Laboa

Soledad Becerril hizo hincapié en cómo Eugenio Nasarre “en los últimos tiempos se centró en la defensa de la Constitución y en el ejercicio de los derechos fundamentales de la democracia”. En su intervención, Francisco Aldecoa se detuvo, entre otros elogios, en su “apuesta por una educación plural”.

Falta de esperanza

Para Jesús Avezuela, Nasarre encarna “el principio de cooperación entre los diferentes”. El director general de la Fundación Pablo VI desveló que en la última conversación que mantuvo con el político democratacristiano, este le expresó que no le preocupaban tanto los problemas del contexto actual, como la migración, el nacionalismo o el cambio climático, sino “la falta de esperanza con la que los afrontamos”.

Francisco Aldecoa, Jesús Avezuela y Soledad Becerril

Francisco Aldecoa, Jesús Avezuela y Soledad Becerril

Por su parte, Belén Becerril reivindicó la figura de “cohesión” que representó Eugenio Nasarre frente al euroescepticismo. Por último, Maxi Serrano expresó que “toda la familia estamos realmente emocionados y muy contentos” con el homenaje realizado en forma de libro. “Siempre luchó porque la política fuera un lugar de concordia y de encuentro”, ensalzó su viuda.

 

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