El promotor de la Fe en el Dicasterio para las Causas de los Santos subraya que el arquitecto catalán “vivió de manera heroica, especialmente en los últimos años de su vida”
El promotor de la Fe en el Dicasterio para las Causas de los Santos, Alberto Royo Mejía, está convencido de que “en Gaudí encontramos, por un lado, el genio de uno de los arquitectos más importantes del mundo contemporáneo, pero al mismo tiempo, la grandeza de un verdadero buscador de Dios”. En estos términos se expresó ayer durante la conferencia que impartió en la parroquia Nuestra Señora de la Asunción de Parla, en el marco de una jornada cultural sobre el arquitecto catalán en la que también participó la historiadora María Eugenia García Bermejo.
El conocido coloquialmente como el ‘abogado del diablo’ del Vaticano se adentró en la figura del creador de la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona, cuya causa de canonización está abierta. “Creo que Antonio Gaudí vivió de manera heroica, especialmente en los últimos años de su vida, y lo hizo de una forma que puede servir como ejemplo para nuestros contemporáneos”, comentó tras ahondar en la biografía del católico catalán.
Durante su intervención, Royo certificó que “tenemos constancia de una auténtica fama de santidad a lo largo de su vida, que podemos distinguir de su indudable fama como genial arquitecto, son dos aspectos diferentes que a veces se entremezclan y que en su caso podemos separar claramente en muchas ocasiones”. En este sentido, puso en valor como la tarea de levantar la Sagrada Familia fue para Gaudí “un desafío y al mismo tiempo el descubrimiento de una vocación, de un nuevo camino que se abría ante él como ámbito propio de su proceso religioso y espiritual”.
Ante el auditorio, apuntó que, si bien “la Positio se encuentra cierto forzamiento, queriendo ver fama de santidad incluso en su juventud, lo que no aparece nada claro”, por otro lado “en los últimos años de su vida, los datos se hacen ciertamente más claros”. “En las descripciones que se hacen de él en sus últimos años, el aspecto religioso aparece a menudo como fundamental en su personalidad, es decir, no era posible pensar en él sin su relación con Dios y la Virgen María, y su identidad claramente religiosa en su vida y actividades”, dijo Royo.
El sacerdote madrileño hizo hincapié en cómo el arquitecto “emprendió un camino de renovación espiritual de gran amplitud y profundidad”. “El proceso de maduración cristiana que se operó en Gaudí se presenta considerando el principio aceptado en teología espiritual que la gracia de Dios no elimina la naturaleza humana, sino que más bien la presupone”, apuntó en su conferencia.
Royo reflexionó sobre si este itinerario de crecimiento espiritual le llevó a la santidad en el ejercicio heroico de las virtudes. “Podemos afirmar que su causa de canonización nos ofrece pruebas más que suficientes en este sentido”, desveló, destacando que “son las personas que lo conocieron quienes hablan d Gaudí como de un hombre cuyo hábito teológico llegó a ser muy distinto al de los fieles comunes, incluso los más devotos, lo cual es particularmente importante porque el punto de partida era la frivolidad juvenil y la desconfianza en la Iglesia”.
Durante su intervención, el promotor de la Fe también explicó que Gaudí “no era un ingenuo”, puesto que “era consciente de su genialidad”. Sin embargo, preció que el propio arquitecto negó que sus cualidades “fueran una especie de seguro de facilidad y de éxito”. “Más bien subrayó siempre el esfuerzo y la lucha que comportaba su manera de ser, agradeciendo a Dios su don”, añadió justo después.
Dentro de los episodios que relató Royo, no se olvidó de compartir alguno de sus defectos. “Se habla del mal carácter que tenía”, expuso sobre sus “excesos de ira”. “Él confesaba haber logrado dominar muchos aspectos de su personalidad, pero no lo había conseguido totalmente con su carácter”, comentó. A la vez, también apuntó que su perfeccionismo “a veces parecía excesivo y exasperante para los mismos colaboradores”. “También en todo esto vemos como la gracia no cambia la naturaleza y la santidad incluye los defectos de carácter, con tal que se luche por ir cambiando”, remarcó al referirse a estos aspectos vitales de Gaudí.