En uno de los momentos más duros en la historia reciente de España, tras una gota fría cuyas inundaciones han provocado 95 víctimas mortales, la gran mayoría de ellas en la provincia de Valencia (aunque también ha afectado con fuerza a Cuenca, Albacete y Málaga), el papa Francisco ha querido abrazar a nuestro pueblo.
Lo ha hecho en un breve vídeo dirigido a Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal Española, y que esta acaba de difundir en su cuenta de X. En él, Jorge Mario Bergoglio se muestra apesadumbrado y expresa su “cercanía a la gente de Valencia”. Como arzobispo de Valladolid, le pide que, desde allí, se la haga llegar a los afectados.
“Estoy cerca de ellos en este momento de catástrofe. Rezo por ellos. Que Dios los bendiga a todos”, concluye el Papa, justo antes de hacer la señal de la cruz. Una cruz a la que, en estas difíciles horas, se agarran muchos de los que han perdido a sus seres queridos, así como su casa o sus pertenencias, y, pese a todo, tratan de buscar consuelo en su fe.
Hoy han comenzado los tres días de luto decretados por el Gobierno. Además de que, ahora, dos días después de la tragedia, seremos mucho más conscientes del alcance de la misma, evaluándose de un modo detallado el impacto de los daños materiales y, sobre todo, de los humanos, pues la cifra provisional de 95 fallecidos puede incrementarse al conocerse el destino final de algunas de las “decenas de desaparecidos” que, 48 horas después, siguen sin ser localizados.
Ayer, el propio Luis Argüello compartió su dolor: “Ante la tragedia que está ocurriendo en Albacete, Valencia y otros lugares de España, expreso mis condolencias y oración por los fallecidos y todos los damnificados, así como el compromiso de ayuda de la CEE. Invoco a la Virgen de los Desamparados que consuele y sostenga a todos”.