Vaticano

El papa Francisco, en el ángelus: “Que el Señor sostenga a los que sufren la DANA y lleve fuerza a los rescatistas”





“Expreso mi cercanía a todos aquellos que han sido afectados por inundaciones, y a propósito de estos desastres naturales, recemos por la población de la Península Ibérica, especialmente por la Comunidad Valenciana que ha sido golpeada por la DANA”. Con estas palabras, el papa Francisco, por tercera vez en 24 horas, manifestaba públicamente su preocupación por la tragedia que está asolando España. En el marco del rezo del ángelus, el pontífice se refirió a esta catástrofe, como ya lo hiciera con un videomensaje y una llamada al arzobispo de Valencia, Enrique Benavent.



Hoy, el Santo Padre ha pedido rezar “por sus difuntos y sus seres queridos, y por todas las familias damnificadas”. “Que el Señor sostenga a los que sufren y lleve fuerza a los rescatistas”, deseó el pontífice. A la par, expresó “nuestra cercanía al pueblo de Valencia”.

El dolor de la guerra

Junto a su pensamiento para el mayor desastre natural sufrido en la historia de España, Francisco también quiso tener presente a las víctimas de un reciente atentado terrorista en Chad así, como a las víctimas de la guerra en Ucrania y en Tierra Santa. “La guerra es siempre una derrota, porque es el triunfo de la mentira, de la falsedad, se busca el máximo interés para sí y el máximo daño al adversario, pisoteando vidas humanas, todo enmascarado de mentiras”, denunció Jorge Mario Bergoglio, que quiso visibilizar la muerte de “153  inocentes en los días pasados en Gaza”.

Varias personas caminan entre el lodo acumulado en Catarroja.EFE/Manuel Bruque

Con la mirada puesta en el día de los difuntos que se celebrará mañana, invitó a los presentes en la Plaza de San Pedro a rezar “a la tumba de sus seres queridos”. A la par, refiriéndose a la solemnidad de todos los santos, el Papa reivindicó tanto a quienes han subido a los altares como aquellos viven “en la puerta de al lado, con los que convivimos cada día”. “Reconocemos a hermanos y hermanas formados por las Bienaventuranzas: los pobres, los mansos, los misericordiosos, los que tienen hambre y sed de justicia, los que trabajan por la paz”, enfatizó.

Para Francisco, “son personas ‘llenas de Dios’, incapaces de permanecer indiferentes a las necesidades del prójimo, testigos de caminos luminosos, también posibles para nosotros”.

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