El equipo de ‘No a la Trata’ de la Comisión Nacional de Justicia y Paz de la Iglesia argentina valoró una decisión de la Corte Suprema de Justicia que impugnó la filiación de un matrimonio subrogante por desconocer la maternidad de la gestante con la pretensión de registrarse ellos solos como padres.
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Rechazó de este modo, una acción judicial que buscaba legitimar un contrato de maternidad subrogada fue rechazado por el máximo organismo de justicia de Argentina.
Fallo ejemplar
En el fallo, los jueces de la Corte ratificaron que la madre es quien da a luz “con independencia de las autorrepresentaciones subjetivas y deseos privados de terceros”.
Asimismo, el Tribuna pidió al Poder Legislativo subsanar la falta de regulación específica sobre este tema, priorizando en los derechos de quienes se encuentran comprometidos durante el proceso, a la vez que advierten sobre la necesidad de limitar toda futura reglamentación para no afectar a los más vulnerables (mujeres pobres y los niños tramitados como objeto de deseos).
De este modo, la Corte pone fin a casi 10 años de debate judicial en torno a la interpretación de las normas del CCC sobre filiación y maternidad subrogada.
Nueva forma de trata
Por su parte, el organismo eclesial valoró esta resolución, ya que creen que con esta práctica las mujeres son utilizadas como recursos reproductivos de terceros, y los niños reducidos a productos de diseño, edición y entrega a elección de los comitentes.
Afirmaron que “la mal llamada maternidad subrogada –la maternidad es una dimensión esencial no subrogante– viola derechos fundamentales y deshumaniza a los más vulnerables, mujeres y niños objetos de esta práctica contractual y comercial”.
Confirmaron que asumieron las palabras del papa Francisco que, con su don profético, llamó a la prohibición universal de esta práctica por ofender con gravedad la dignidad de la madre y del niño. En este sentido, este equipo conformó un equipo de especialistas para encarar con responsabilidad este mandato, sumándose a organizaciones de derechos humanos (por ejemplo, la Declaración de Casablanca) que trabajan para el establecimiento y adopción de un Tratado Internacional que prohíba esta práctica, declare nulos los contratos y sancione a sus intermediarios comerciales.
Otra de las tareas asumidas por este equipo es visibilizar y concientizar sobre la naturaleza y efectos deshumanizantes de esta nueva forma de trata con fines de explotación reproductiva y tráfico niño. Por tal motivo, creen oportuno y necesario realizar un comunicado, que sea luz y guía educadora de nuestra comunidad respecto de esa dañina e inhumana como una modalidad de trata de personas por explotación reproductiva.