“¡Qué mudos que están!”. Francisco haciendo de Francisco. Con una broma, como de costumbre, ha roto el hielo el papa Francisco hoy al recibir a los seminaristas de la provincia eclesiástica de Toledo, que incluye a los formandos de la diócesis primada y las de Ciudad Real, Albacete, Cuenca y Sigüenza-Guadalajara.
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“Siempre es bueno mirar al santo Pueblo fiel de Dios en su espiritualidad, la espiritualidad sencilla”, les ha dicho el Pontífice, para recordarles a renglón seguido las tres cercanías que acostumbra a repetir a los sacerdotes: “Ustedes saben que los presbíteros tienen que ser cercanos, tienen que fomentar la cercanía: primero, la cercanía con Dios, de tal manera que haya esta capacidad de encontrar al Señor, estar cercano con el Señor. Segundo, cercanía con los obispos, y los obispos cercanía con los presbíteros. Un presbítero que no esté cercano a su obispo es rengo -cojo-, le falta algo. Tercero, cercanía entre ustedes los presbíteros, que empieza ya desde el seminario. Y cuarto, la cercanía con el santo Pueblo fiel de Dios”. “Estas cuatro cercanías no se las olviden”, ha remarcado.
El papa Francisco, con los seminaristas de Toledo
Tres elementos fundamentales del sacerdocio
Haciendo referencia a la fiesta del ‘Reservado’, que celebrarán este próximo domingo 10 de noviembre en su seminario con una eucaristía, la exposición del Santísimo y una procesión, Jorge Mario Bergoglio ha querido recordar con ellos los elementos fundamentales del sacerdocio.
En primer lugar, “la celebración eucarística. Jesús que viene a nuestras vidas para darnos la prueba del amor más grande. Jesús nos convoca, como Iglesia, para hacerse presente en el sacerdocio y en el pueblo, en el sacramento y en la Palabra. Ojalá que tenerlo en la tierra absorba las vidas de ustedes y los corazones”.
En segundo lugar, “el Señor queda todo el día expuesto en la custodia, es el tiempo de permanecer a solas con Él, para oír su voz en el silencio, en la escucha de la Palabra, en el testimonio de fe de quienes rezan a nuestro lado”. “Solo el encuentro persona a persona, un encuentro enamorado con Jesús puede iluminar, sustentar y sostener el trascurso de nuestra jornada terrena. Ojalá que ese encuentro sea realmente revulsivo eficaz que transforme nuestra existencia”, ha aseverado.
En tercer lugar, “llevan al Señor en procesión, porque lo recibimos para llevarlo, nuestro ministerio es un acompañar a Cristo hacia su pueblo, y al pueblo hacia Cristo”. “Ojalá que, sin apartar los ojos de quien nos guía, aprendamos a caminar juntos, en la esperanza del encuentro que ya aquí gustamos de modo sacramental”, ha subrayado.
