Los resultados de las elecciones presidenciales estadounidenses del este 6 de noviembre de 2024 han arrojado la victoria de Donald Trump. Junto a él, asciende a la vicepresidencia el político James David Vance, un converso al catolicismo que para algunos despunta como posible sucesor de Donald Trump.
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Vance nació en 1984 y contó en 2020 en la revista católica ‘The Lamp’ en un artículo “Cómo me uní a la resistencia”. El entonces senador republicano por Ohio y ahora vicepresidente electo fue educado en una familia evangélica conservadora, lo que le causó un efecto rebote hacia el ateísmo. Etapa que cerró con el descubrimiento de los escritos de San Agustín y su bautizo en 2019, según recoge ‘La Croix’. “Poco a poco fui comprendiendo que el catolicismo era la expresión más cercana del cristianismo que mi abuela reivindicaba”, escribió entonces.
Un programa post-liberal
Un cristianismo, señalaba que era “compasivo con los pobres y débiles sin tratarlos como víctimas; protector con los niños y las familias sin dejar de ofrecerles lo necesario para prosperar. Y sobre todo: una fe centrada en Cristo, exigente pero que proporciona la seguridad de que nos ama incondicionalmente y perdona con facilidad”. Antes de niño pudo además vivir en primera persona los problemas socioeconómicos de su pequeña ciudad de Ohio: desindustrialización, pobreza y adicción a los opioides.
Vance se distancia de algunas postural liberales de Tump –se define como post-liberal– y se opone al aborto, al matrimonio entre personas del mismo sexo y a la pornografía en Internet. También ha defendido durante la campaña la libertad religiosa. También ha afirmado: “Lo digo como cristiano, creo que hay algo extraño en la retórica anticristiana de Kamala Harris. Seas cristiano o no, Donald Trump y yo lucharemos para que puedas practicar tu fe y vivir según tus propios valores”.