Luis Argüello: “Las escobas y las palas de Valencia son signo de un diálogo sorprendente”

El presidente de la Conferencia Episcopal Española apadrina la apertura de la Semana Social que se celebra este fin de semana en Valladolid

Mesa de apertura de la Semana Social celebrada en Valladolid

El presidente de los obispos y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, está convencido de que “necesitamos como pueblo y como Iglesia dosis de escucha, diálogo y discernimiento”. Esta fue una de las reflexiones que compartió esta tarde durante el acto de apertura de la Semana Social que celebra hasta mañana en Valladolid  con el título ‘El diálogo, camino para la Iglesia’. Este foro de reflexión, en el que participan una veintena de diócesis y diversas plataformas eclesiales, nació hace cuatro años, busca ser un espacio para analizar los actuales desafíos éticos económicos y culturales.



Para Argüello, el diálogo supone “supone la aceptación común de un pequeñito punto de encuentro, la aceptación de una verdad previa”. En esta misma manera, expuso que dialogar pasa por “superar la dialéctica de los contrarios que ha formateado nuestra manera de pensar”. “Es imprescindible que en el diálogo aparezca un tercero, el tercero que sufre, el tercero de la desgracia y el dolor insoportable, que es lo que hace que seamos convocados”, remarcó.

Guerra civilizada

“El diálogo de la razón siempre estará favorecido por el diálogo de las manos, de los hechos”, comentó, con una referencia directa a la solidaridad en Valencia tras la DANA: “Hemos visto en estos días como escobas y palas eran expresión de un diálogo sorprendente”. En paralelo, criticó que en los espacios políticos el diálogo “pareciera que solo el objetivo de vencer al contrario, como una forma civilizada de guerra social”.  En este sentido, defendió la dinámica sinodal en la que Francisco ha introducido en la Iglesia, pues como se señala en el documento final, busca ser “una profecía social”.

Junto a Argüello, en la inauguración también intervino en nuncio Bernardito Auza;  Jesús Avezuela, presidente de las Semanas Sociales; así como el consejero de la presidencia de la Junta de Castilla y León, Luis Miguel González Gago. Entre los asistentes, se encontraban el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, así como el obispo de Astorga, Jesús Fernández. El embajador vaticano leyó una carta remitida por el secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, nen la que presentó el diálogo como la herramienta necesaria para “descubrir las riquezas y la dignidad de cada ser humano, creado a imagen de Dios, a valorar lo que nos une y a ver las diferencias como oportunidades de crecimiento en el respeto de todos”.

Liderazgos para la unidad

Por su parte, Avezuela, reivindicó que “necesitamos liderazgos institucionales que trabajen por la unidad y dejen de lado intereses individuales o fragmentarios promoviendo la cultura del encuentro que nos propone el papa Francisco”. “En los momentos actuales nos preside una revolución que, en palabras de Mustafá Suleyman, está llamada a convertirse en el mayor acelerador de progreso de la historia”, apreció el también letrado del Consejo de Estado. Eso sí, advirtió justo después de que trae consigo además “no pocos dilemas y amenazas”. “Nos encontramos además ante una absoluta transformación del trabajo derivadas de unos procesos de tecnologización”, compartió.

Mesa de apertura de la Semana Social celebrada en Valladolid

Luis Miguel González Gago, Jesús Fernández, Luis Argüello, Bernardito Auza, Juan José Omella, Fernando Fuentes y Jesús Avezuela

Avezuela planteó que este foro de reflexión busca respuestas a los “sentimientos de desencanto o desconfianza social hacia lo político o incluso institucional como lamentablemente estamos viendo estos días y, en general, todos los días”.  “Semanas sociales se ofrece a ser, como ocurrió en sus inicios, un espacio de diálogo, de encuentro, especialmente en estos momentos en que necesitamos un impulso,una revitalización, para hacer diagnóstico y tratamiento de algunos de los problemas de nuestra sociedad con el fin de seguir precisamente progresando y construyendo para las generaciones venideras”.

Un mantra sin practicar

En su turno de intervención, Luis Miguel González Gago, puso en valor cómo “la fe católica puede influir y transformar grandes aspectos de la vida diaria”. “El diálogo, como valor, es casi un mantra que escuchamos repetidamente por ser muy aceptado y valorado socialmente”, comentó, pero a la par reconoció que “practicamos poco o lo sometemos a una mera apariencia, por lo que podemos devaluar su verdadero significado y fundamento”.

El consejo puso en valor la necesidad de escuchar, “estando dispuesto a escuchar lo que el otro dice, piensa o siente”, lo que implica “encontrarse y comprenderse”. “Hay que huir de los extremos”, sentenció, alertando de la tentación de quedarse atrapados en “trincheras” de “posturas herméticas”. Eso sí, añadió que “no se puede dialogar de todo y con todos”, ya que “el límite debe estar en no perder nuestra propia identidad” y planteó algunas premisas, como la formación.

Noticias relacionadas
Compartir