Las monjas cismáticas de Belorado esperan comenzar a vender en unos quince días un nuevo producto. Se trata de un chocolate denominado RqueR con el que desean “materializar su resistencia ante las numerosas deudas” por lo que consideran una “situación irregular y de asfixia” provocada, según ellas, por la Iglesia católica. A través de un comunicado de prensa, las ex clarisas explican que este nuevo producto son una “gotas extrafinas de chocolate de distintos sabores para la Navidad”.
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El grupo liderado por la abadesa defenestrada sor Isabel de la Trinidad da a conocer este nuevo lanzamiento en la misma nota de prensa en la que explican que lucharán “en los tribunales” contra el proceso de desahucio promovido por el Arzobispado de Burgos que reclama la propiedad del convento para las clarisas fieles a Roma. “Las religiosas confían plenamente en que su postura está debidamente amparada en derecho”, enfatizan, después de que hace unos días el equipo del arzobispo Mario Iceta anunciara que la demanda de desahucio ha sido admitida a trámite y presentó un informe detallado sobre las finanzas de las ex consagradas.
Acusaciones varias
“Aquí lo que no es normal y sobra por completo es la actuación del comisario, que tiene sustraída la capacidad de actuar y vivir de las monjas, cosa que no le ocurre a ninguna persona sometida a un proceso de desahucio en nuestra sociedad”, aseguran los responsables de comunicación del monasterio rebelde.
A la vez, exponen sin dato alguno que nunca tuvieron déficit en el convento antes de que se las privara “de su capacidad de obrar y controlar sus recursos”. Desde ahí, acusan a Iceta de haber destruido “su actividad y arruinado su economía”. “Urge que cese esta intervención, que nadie quiere ni necesita, salvo quizá las estructuras de mando de una Iglesia empeñada en aplastar a unas monjas porque han querido salirse de su disciplina”, llegan a sentenciar. A la vez, sostienen que su cisma “no constituye delito ni ilegalidad alguna y con el cual las monjas no han hecho daño a nadie”.
Cortes de teléfono e internet
A pesar de que el Arzobispado ha expuesto las cifras sobre los pagos de facturas de luz, agua y telefonía, desde el convento cismático aseguran que ha sufrido “varios cortes de teléfono e internet” y de algunas cuotas de autónomos por el “contumaz impago por parte del comisario”.
De la misma manera, reivindican la propiedad del convento y la gestión de sus cuentas: “Legal o no, constituye un auténtico abuso de poder por el que se despoja a unas personas del control de sus cuentas bancarias y de la capacidad de actuar ante los organismos públicos y privados”.
Sobre las “medidas de protección” que el Arzobispado reclama para las hermanas mayores de la comunidad, el grupo cismático relata que “a ellas del único del que hay que protegerlas es del comisario”. “El resto de hermanas se ocupan de sus cuidados como han hecho siempre y están perfectamente atendidas”, sostienen.