El primado de la Iglesia de Inglaterra ha presentado su dimisión ante el rey Carlos III al confirmarse su inacción por los abusos continuados del abogado canadiense John Smyth, responsable de campamentos cristianos
La crisis de los abusos sexuales se lleva por delante al arzobispo de Canterbury, Justin Welby. El primado de la Iglesia de Inglaterra, esto es, el máximo líder de una confesión que aglutina a 85 millones de personas 165 países, ha presentado su dimisión después de pedir permiso al rey Carlos III, en un gesto de asunción de responsabilidades al haber ‘tapado’ al pederasta John Smyth, un abogado canadiense que hasta hace poco era considerado un referente en el ámbito de los campamentos anglicanos.
A Smyth, que falleció en Sudáfrica en 2018, se le atribuye el abuso sexual, físico y psicológico de más de un centenar de menores, convirtiéndose en el mayor pederasta de la historia de la Iglesia anglicana.
En un comunicado hecho público hoy, el dirigente anglicano reconoce que el llamado Informe Makin, que se presentó la semana pasada y que analiza de forma pormenorizada el caso, refleja “la conspiración de silencio mantenida durante mucho tiempo sobre los atroces abusos de John Smyth”.
Y es que, ese trabajo de investigación demostraría que la inacción de Welby permitió que el depredador siguiera actuando. “Cuando me informaron en 2013 y me dijeron que se había notificado a la policía, creí erróneamente que se tomaría una resolución apropiada”. “Está claro que debo asumir la responsabilidad personal e institucional por el largo y traumático período comprendido entre 2013 y 2024”, asegura el arzobispo.
“Espero que mi decisión deje claro que la Iglesia de Inglaterra entiende la necesidad de cambio y nuestro profundo compromiso con la creación de una Iglesia más segura“, expone el primado, que a lo largo de esta semana ha recibido numerosas presiones por parte de su entorno y de la opinión pública para dimitir, un movimiento que a priori descartó.
En esta misma línea, también comparte que “los últimos días han renovado mi profundo y prolongado sentimiento de vergüenza por los históricos fallos de la Iglesia de Inglaterra en materia de protección”. “Durante casi doce años he luchado por introducir mejoras, son otros los que deben juzgar lo que se ha hecho”, añade justo después.
Además de echarse a un lado, Welby sostiene que “cumpliré con mi compromiso de reunirme con las víctimas”, a la vez que “delegaré todas mis otras responsabilidades actuales en materia de protección hasta que se complete el proceso de evaluación de riesgos necesario”.
“Creo que es lo correcto y lo honorable que hay que hacer. Aunque este es un día difícil para Justin, rezo para que haya una oportunidad de reflexionar y apreciar los muchos aspectos positivos de su ministerio y su enorme compromiso con la Iglesia de Inglaterra”, exponía tras conocer la noticia otro de los referentes del clero anglicano, el arzobispo de York, Stephen Cottrell.
La obispo de Newcastle, Helen-Ann Hartley, uno de los pastores que pidieron la dimisión de Welby, aborda su decisión desde otra perspectiva: “Creo que, con razón, la gente se pregunta: ‘¿Podemos realmente confiar en que la Iglesia de Inglaterra nos mantendrá a salvo?’ Y creo que la respuesta en este momento es ‘no’”.