Europa

El papa Francisco pide atender a las personas sin hogar “sin miedo a ensuciarse las manos”

El Pontífice recibe a los movimientos fundados por el religioso francés Gabriel Rosset en el aniversario de su muerte





El papa Francisco ha recibido hoy a la delegación del ‘Foyer Notre-Dame des sans abri’ y la asociación ‘Les amis de Gabriel Rosset’. Jorge Mario Bergoglio agradeció a los asistentes, miembros y simpatizantes de este movimiento francés procedente de Lyon su misión con los más necesitados a través de la misericordia. El pontífice les atendió con motivo del quincuagésimo aniversario de la muerte de su fundador, Gabriel Rosset.



Nacido en 1904. Hijo de un policía, fue un profesor en el Somme y en la Alta Saboya, para recalar en Lyon en 1934. El 24 de julio de 1937 se consagró en La Trappe des Dombes junto con otros dos maestros. En 1941, hicieron votos privados de pobreza, castidad y obediencia. En esos tiempos, atendía a personas sin hogar. En 1950, acogió a once vagabundos en un antiguo bistró en desuso del barrio de Guillotière de Lyon, fundando así el Foyer Notre-Dame des Sans-Abri. A día de hoy, la institución se ha extendido a 42 centros de todo el área metropolitana de Lyon y de Villefranche-sur-Saône. Falleció el 26 de diciembre de 1974, después de celebrar la Navidad con las personas sin hogar.

El trabajo de Rosset y sus seguidores derivó en la creación de la asociación ‘Les amis de Gabriel Rosset’ que trabaja, entre otras cosas, para promover esa vocación de ayuda al necesitado. El 23 de febrero de 2006, la Diócesis de Lyon abrió una causa para su beatificación y canonización. El expediente se encuentra en proceso de estudio por parte de la Congregación para las Causas de los Santos en Roma.

La presencia de Cristo en los pobres

Francisco expresó que Rosset “sintió una viva compasión por el sufrimiento de sus hermanos y hermanas; escuchó el clamor de los pobres y no volvió la cabeza ni cerró los ojos. Respondió con fe y valentía, de forma concreta, fundando Notre-Dame des Sans-Abri”.

A ello, agregó que “supo reconocer la presencia de Cristo en los pobres: son nuestros hermanos. Siempre lo recordamos: ‘En cada uno de estos “pequeños” está presente Cristo mismo. Su carne se hace visible de nuevo como un cuerpo torturado, herido, flagelado, desnutrido, que huye… para ser reconocido, tocado y cuidado por nosotros'”.

Y agregó: “Hoy ustedes continúan la obra de Gabriel Rosset. Ustedes también son artesanos de la misericordia y la compasión de Dios: acompañando a las personas sin hogar, dan un rostro concreto al Evangelio del amor. Ofreciéndoles cobijo, una comida, una sonrisa, tendiendo sus manos sin miedo a ensuciarlas, les devuelven su dignidad y su compromiso toca el corazón de nuestro mundo a menudo indiferente”.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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