Hoy se cumplen seis meses desde que se desatara un episodio inédito en la historia reciente de la Iglesia católica: un convento de vida contemplativa en un recóndito lugar de España decidía romper con Roma.
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El desconcierto inicial ante la decisión de la comunidad clarisa de Belorado que parecía sostenerse en diferencias teológicas para reconocer la autoridad de ningún Papa posterior a Pío XII se ha tornado en una “telenovela”, como ellas mismas han llegado a reconocer. A lo largo de este tiempo, se ha entrelazado una trama inmobiliaria y la aparición de personajes de lo más histriónicos que convirtieron al enclave burgalés en un plató mediático donde lo mismo desfiló un cura coctelero que un falso obispo brasileño de un pseudo rito tridentino.
Idas y venidas
Todo este serial está aderezado por un criadero ilegal de perros, la venta de casullas a través de Wallapop, una monja tránsfuga que huyó desde el minuto uno, dos religiosas que se marcharon a lo Gran Hermano y cinco monjas ancianas que se han visto envueltas en un guion en el que nadie les invitó a participar como autoras.
Mientras, la Santa Sede tomó cartas en el asunto nombrando comisario pontificio al arzobispo de Burgos, Mario Iceta, o lo que es lo mismo, responsable último de la gestión de los monasterios ligados a la comunidad. Una vez que el grupo liderado por la abadesa defenestrada, sor Isabel de la Trinidad, decidió caminar por separado del Vaticano, Iceta procedió oficialmente a la excomunión autoproclamada y las instó a salir de unas instalaciones que ya no les correspondía habitar por dejar de ser monjas católicas, apostólicas y romanas.
En los tribunales
Hoy, seis meses después, la demanda de desahucio del grupo cismático de Belorado y sus adosados ha sido admitida a trámite por el juzgado correspondiente de Briviesca. Ellas han anunciado que lucharán “en los tribunales” contra esta futurible expulsión, a la vez que preparan en lanzamiento de unos bombones protesta llamados ‘RqueR’. Para sor Paloma, una de las ex clarisas que sigue en el monasterio, este proyecto es “un nuevo resurgir, es un momento de resiliencia, de resistencia y de resurgir”. “El pueblo nos lo pedía”, defiende.
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A esto se une un reto anunciado por nuevo equipo de comunicación: “Se internacionalizará el debate del cisma con ayuda de la prensa internacional elevando el debate a categoría global debido al interés que este tema ha suscitado en distintos países”.
“Iceta ahora mismo se enfrenta a trece monjas que son muy testarudas, que tienen mucho carácter, son las monjas de España”, asegura su recién estrenado jefe de prensa, Francisco Canales, que sostiene que “no hay derecho a que cualquier persona las quiera desahuciar” y remarca que “ellas cuentan con un amplio equipo legal y está muy bien asesoradas”.