Ha comenzado la última Cumbre del Clima, la COP29, en Bakú, la capital de Azerbaiyán y el cardenal secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, ha sido el encargado de llevar el mensaje del papa Francisco ante los más de más de 50.000 participantes. Para el Pontífice, es una cuestión de “justicia”, no de “generosidad” el hecho de que los países ricos, conscientes de tantas graves decisiones del pasado, deberían comprometerse “a perdonar las deudas de los países que nunca podrán pagarlas” como forma de saldar la “deuda ecológica” que ha generado “desequilibrios comerciales con efectos sobre el medio ambiente” y con el “uso desproporcionado de los recursos naturales”.
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Apuesta por la paz
Una petición, la lanzada por Parolin en nombre del Papa que está en sintonía con el sentido del Año Jubilar que Francisco propone para este acontecimiento invitando a poner en marcha “una nueva arquitectura financiera internacional”, audaz y creativa, y a demostrar, que “existe una comunidad internacional dispuesta a mirar más allá de los particularismos y a poner en el centro el bien de la humanidad y de nuestra casa común, que Dios ha confiado a nuestro cuidado y responsabilidad”, según recogen los medios vaticanos.
“La salvaguardia de la creación es una de las cuestiones más urgentes de nuestro tiempo. También debemos reconocer que está estrechamente interrelacionada con la salvaguardia de la paz”, reivindicó el Papa. En este sentido denunció que “el egoísmo –individual, nacional y de los grupos de poder– alimenta un clima de desconfianza y división que no responde a las necesidades de un mundo interdependiente en el que deberíamos actuar y vivir como miembros de una única familia que habita la misma aldea global interconectada”.
Nuevas opciones
Ante las desigualdades, el pontífice reclama invertir la tendencia y crear una cultura del respeto a la vida y a la dignidad humana. “Que las responsabilidades históricas y presentes se conviertan en compromisos concretos y con visión de futuro, para que de estas semanas de trabajo pueda surgir un Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado sobre Financiación Climática, entre los más urgentes de esta Conferencia”, destacó Francisco en el mensaje leído por el cardenal. Así, reclamó también “una nueva arquitectura financiera internacional que pueda realmente garantizar a todos los países, especialmente a los más pobres y a los más vulnerables a las catástrofes climáticas, vías de desarrollo bajas en carbono y altamente solidarias que permitan a todos alcanzar su pleno potencial y ver respetada su dignidad”.
Por ello Parolin, en nombre del Papa, aseguró el apoyo de la Santa Sede en todos estos esfuerzos con la educación ecológica integral y en la concienciación sobre el medio ambiente “No podemos lavarnos las manos, con distancia, con despreocupación, con desinterés. Este es el verdadero reto de nuestro siglo”, insistió. Además, deseó que de la Conferencia de Bakú salga “un acuerdo ambicioso”, que conduzca a un “desarrollo verdaderamente integrador”.
