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Patricio Moore: “Es muy doloroso. Esto no debió haber ocurrido nunca”

Viceprovincial de los Padres de Schönstatt en Chile coordinó la elaboración del informe “Purificación de la Memoria. 1965-2024”





El Instituto Secular Padres de Schönstatt en Chile ha publicado el informe “Purificación de la Memoria 1965-2024” que detalla los casos de situaciones abusivas de connotación sexual cometidos por miembros de dicha comunidad. En 32 páginas presentan el resultado de una intensa investigación, de casi 3 años, que abarcó veintiocho víctimas y ocho sacerdotes que han cometido abuso sexual. El informe se inicia con palabras del Provincial, Diogo Mendes Barata, agradeciendo a “las víctimas, sus familiares y amigos y a diversos miembros y ex miembros del Movimiento de Schönstatt, quienes, con coraje, nos impulsaron a no mirar hacia otro lado. Fue su insistencia y perseverancia la que hizo despertar a nuestro Instituto”. 



“No fue hasta que abrimos nuestros oídos y nuestro corazón, escuchando con toda la atención que merecían las víctimas, que comenzamos a ver la magnitud de dolor causado. Fue un camino de crecimiento lento en el cual cometimos errores y tuvimos muchas fallas que aumentaron todavía más el dolor de las víctimas”, expresa más adelante.

El proceso

El padre Patricio Moore, viceprovincial del Instituto en Chile quien coordinó el proceso investigativo que concluyó en el informe, conversó con Vida Nueva.

Pregunta: ¿Cómo fue el inicio de este proceso?

Respuesta: Nos demoramos en estar convencidos. No podíamos hacer un informe público si no estábamos seguros y lo asumíamos. No queríamos hacerlo por cumplir, por responder a lo que la iglesia está pidiendo. Queríamos estar convencidos, hacerlo bien y con la conciencia tranquila.

P.: ¿Qué pasos fueron dando?

R.: Lo primero fue tomar la decisión de que queríamos hacerlo. Llegamos al convencimiento después de un discernimiento largo, de pensarlo y rezarlo mucho. Decidimos hacerlo de manera transparente. Nuestra comunidad es joven, nació el año 1965, entonces está bastante acotado el período. Luego estuvimos unos 2 años en investigación porque era muy importante que cada caso estuviera bien documentado y fundado. Recabar la información requirió tiempo.

En este proceso uno se va dando cuenta de lo que sucedió. Ante los abusos, para ambos, la víctima y el abusador, es necesario un proceso. También la comunidad necesita procesar todo y decir ‘sí, esto es lo que pasó’ para ponerlo en el informe.

La comunidad

P.: ¿Cómo reaccionó la comunidad de los Padres de Schönstatt?

R.: Cada caso es distinto. En algunos sí era muy claro y en otros no. Como ocurre en la familia, la primera pregunta es ‘¿a quién le creo?’ Ese proceso hay que hacerlo: uno va desde la duda, pasando por la sospecha para llegar a la certeza. En nuestro caso era tener una información fundada y documentada.

 P.: ¿Cómo lo vivió su comunidad y el Instituto?

R.: Es muy doloroso. Esto no debió haber sucedido nunca, es anti-sacerdotal abusar de alguien. Nunca se debe hacer, por eso cuando uno se enfrenta a esto que realmente sucedió es muy, muy doloroso.

En el Movimiento hay todo tipo de opiniones. Desde quienes dicen que esto no es suficiente y habría que hacer más; hasta el otro extremo de quienes dicen que por ningún motivo habría que haber hecho este informe. Hemos recibido muy buenas reacciones y ecos de la gran mayoría de nuestra gente: ‘muy bien, es lo que había que hacer’, ‘es un paso adelante, muy importante’, ‘es doloroso, pero es lo mejor’, son las reacciones de la mayoría.

P.: ¿Qué pasa con el sacerdote abusador dentro de la familia religiosa?

R.: También cada caso es distinto. Algunos están muy arrepentidos, otros dicen que sí pasó, pero no se dan cuenta del tremendo daño que hicieron, no lo dimensionan.

Conclusiones

P.: ¿Cómo es el informe?

R.: Tiene 5 capítulos. La introducción del provincial en la que dialoga con la Carta que escribió el papa Francisco al Pueblo peregrino de Chile con el tema de los abusos. La segunda parte precisa lo que queremos con este informe y cómo se hizo la investigación que se presenta en la tercera parte con todos sus detalles. El cuarto capítulo son los aprendizajes de todo esto y los desafíos que nos deja para el futuro. La última parte son las conclusiones.

Tuvimos apoyo externo, de profesionales. Abogados fueron muy importantes porque hay que revisar muy bien todo para evitar cualquier error o cualquier indicio de algo que pueda provocar daño o reacciones en contra. La redacción del texto, los datos que fundamentan la investigación, fueron muy importantes.

P.: ¿Qué destaca de las conclusiones?

R.: Que ponen el foco en la prevención y en cambios necesarios y que ya hemos hecho. Por ejemplo, el itinerario pedagógico de trabajo con los jóvenes se cambió, incluso en asuntos muy prácticos como es la forma de hacer nuestros tradicionales campamentos de verano. Ahora son con laicos, con nuevos protocolos. Otro ejemplo es la renovación en dos casas de jóvenes que tienen una arquitectura diferente, transparente, abierta. Las confesiones en los colegios ahora son con vidrios para que se vea desde fuera. Además, hay formación permanente sobre este tema. Creo que estamos haciendo cambios importantes. También en la sensibilidad: ante cualquier denuncia se activa todo el canal para recibirlas, lo que antes no existía. Creo que todo esto ayuda mucho a la prevención.

P.: Y también a que se evite el ocultamiento, porque había tendencia a ocultar…

R.: Yo creo que eso era muy cultural, había la tendencia a esconder los problemas, incluso en la familia. Era otro modo de solucionar los problemas. Me parece que las nuevas generaciones tienen otra mirada, no aceptan ocultar, al contrario, quieren transparencia porque eso es lo que hay que hacer. Es algo muy generacional, muy interesante. Hoy tenemos otra manera de mirar estas situaciones, eso ha provocado un cambio importante en nuestra comunidad. Estamos permanentemente hablando de esto y nos ha llevado a un cambio cultural interno muy significativo. Antes uno actuaba muy confiado en todo, ahora somos más cuidadosos, respetuosos y atentos a cualquier situación que pudiera dañar a otros.

P.: Hay otro tipo de abusos: de conciencia, económicos, de poder. Este informe, ¿provoca alguna influencia hacia ellos?

R.: El informe está centrado en el abuso sexual como se aclara al comienzo. Se trata de abuso sexual a mayores y menores cometido por padres chilenos. Evidentemente el cambio de cultura incide también en otros tipos de abusos. Frente al abuso de poder, Schönstatt es muy poco jerárquico, con una estructura más horizontal. Igual se pueden cometer abusos de poder, pero creo que tenemos más elementos que ayudan a evitarlo. En el abuso espiritual o de conciencia hay más peligro y hay que hacerle frente a través de la formación y revisar el concepto de acompañamiento espiritual que también ha ido cambiando. Se trata de acompañar, no de manipular. En esto ha habido un cambio pastoral importante: antes era ‘dirección espiritual’, pero no es dirigir, es acompañar y servir a la persona. No para decirle lo que tiene que hacer. Creo que en este proceso también los laicos deben madurar más aún, pensar por sí mismos, tener más autonomía. Esto va cambiando en la iglesia y este proceso ha empujado cambios importantes.

P.: ¿Qué es lo más positivo que se ha ganado con esto?

R.: Me gusta el foco puesto en el proceso para llegar a un informe. No se trata solamente de lo técnico del informe, detrás hay un camino de reflexión, de convencerse. La iglesia tiene que hacer estos procesos, porque no somos un Banco que hace una auditoría una vez al año. Esto es más profundo, requiere de este proceso que intentamos hacer para este informe. Este camino nos afecta a todos y nos ayuda a seguir convirtiéndonos. La Iglesia en Chile está haciendo mucho en este sentido y creo que el proceso en que estamos nos enriquece a todos. 

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