Consideraron sus obras, sus enseñanzas y su propia vida como un ejemplo que permitió el proceso de canonización
Amor a la Patria, vida heroica y modelo de santidad. De esta manera, la Legislatura de la provincia de Córdoba argumentó la declaración de reconocimiento al Coronel Argentino del Valle Larrabure, siervo de Dios.
Con la firma de Facundo Torres Lima y Guillermo Carlos Arias, presidente provisorio y del secretario legislativo, respectivamente, este homenaje se fundamentó a partir del martirio sufrido por Larrabure, después que el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) lo secuestrara en 1974.
El proyecto de esta declaración fue presentado por las legisladoras cordobesas María del Rosario Acevedo y Graciela María Bisotto, donde destacaron el accionar heroico y ejemplar muestra de amor a Dios y a la Patria del Coronel.
Recordaron que el 10 de agosto de 1974 se desempeñaba como subdirector de la Fábrica Militar de Pólvora y Explosivos de la ciudad de Villa María, fue secuestrado por esta organización para el robo de armamento de la sede fabril, para su posterior utilización en acciones programadas. Durante su cautiverio, Larrabure vivió en condiciones infrahumanas, torturado física y psicológicamente, hasta su muerte el 19 de agosto de 1975.
La pretensión de los terroristas era trabajar para los organización en la fabricación de armas y explosivos. Sin embargo, la respuesta del militar era rezar el rosario y cantar el Himno. Afectado por el asma, y a pesar del ofrecimiento de libertad por parte de sus captores a cambio de asesoramiento para la creación de artefactos perjudiciales, su fortaleza lo llevó a transmitir a su familia, a través de cartas, pensamientos y sentimientos, tanto de su cristiandad como de su ciudadanía.
“De su accionar sorprende su inquebrantable fe en Dios; la fidelidad a sus convicciones y el encargo que les dejó escrito a sus allegados más preciados, que consiste en “no albergar sentimientos de odio o de venganza”, sino de perdón hacia sus captores”, distinguieron las legisladoras.
Recordaron las palabras del papa Juan Pablo II quien declaró: ‘Dios elige siempre a algunos que, siguiendo más de cerca el ejemplo de Cristo, dan testimonio preclaro del reino de los cielos, con el derramamiento de su sangre o con el ejercicio heroico de sus virtudes”.