Con una Misa presidida por el arzobispo de La Serena y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh), René Rebolledo, se celebró en el Santuario Nacional de Maipú el 50° aniversario de su consagración y los 40 años de la firma del Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile, después del litigio de límites en el extremo austral del continente.
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En la celebración participaron el embajador de Argentina en Chile, Jorge Faurie; el subsecretario (s) de Relaciones Exteriores, Rodrigo Olsen; el alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic; el rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Ignacio Sánchez; representantes de las Fuerzas Armadas; invitados especiales y miembros de comunidades.
El abrazo de Maipú
Ambos motivos de esta celebración unen a los pueblos argentino y chileno. En 1818 en este lugar tuvo lugar la batalla de Maipú, dirigida por el general José de San Martín, argentino. Con su Ejército Libertador cruzó la cordillera en apoyo a la independencia de Chile. Allí estuvo también Bernardo O’Higgins, general chileno, quienes sellaron el triunfo con un abrazo. O´Higgins asumió como Director Supremo del país que recuperaba su independencia del Reino de España.
En agradecimiento, O’Higgins prometió construir allí un templo en homenaje a la Virgen del Carmen, por lo que se le llamó Templo Votivo. Varios esfuerzos inconclusos llegaron hasta 1892 cuando se dedicó el primer templo que en 1906 fue destruido por un violento terremoto. Recién en octubre de 1974 se logró concluir la construcción del actual templo cuyas obras fueron impulsadas por el primer cardenal chileno, José María Caro.
El arzobispo Rebolledo, en su homilía de la Misa de celebración, dijo: “Aquí, con Cristo, a los pies de María, se ha forjado un alma, la historia de nuestro pueblo, y solo en fidelidad a ésta es fecunda la esperanza”. El arzobispo invitó también a mantener viva la promesa que el pueblo chileno hizo a la Virgen del Carmen en 1818 tras la batalla de Maipú.
Cultura de la vida
Luego, agregó Rebolledo, “en este día memorable elevamos nuestra oración desde este Templo al Cristo Redentor de Los Andes, que prosiga bendiciendo a Argentina y Chile, pueblos hermanos, especialmente con el don de la paz y la fraternidad. Le solicitamos, de igual modo, las gracias que precisamos para forjar una auténtica cultura de la vida, como también la fortaleza para luchar contra aquellos males que atentan contra la dignidad de las personas. Que Cristo, “nuestra paz” , bendiga las aspiraciones de paz y amistad que anhelamos ambos pueblos, representados en este por autoridades que nos honran con su presencia”.
“Feliz coincidencia al celebrar en estos días el Cuarenta Aniversario del Tratado de Paz y Amistad entre dos pueblos hermanos”, dijo Rebolledo, al agradecer los esfuerzos de ambas naciones y a figuras como San Juan Pablo II y el Cardenal Antonio Samoré, en la construcción de una paz duradera, después de un trabajo esforzado, entre 1979 y 1984, por llegar al acuerdo que superara el prolongado litigio limítrofe, conocido como ‘conflicto del Beagle’, que tuvo a ambos países al borde de la guerra, a fines de 1978.