Las Iglesias católica y evangélica se enfrentan al doble reto de la pérdida de fieles y la financiación
Un estudio de la fundación Ecoplan, en colaboración con la Universidad de Lausana, indica que, de aquí a 2045, el número de miembros de las iglesias suizas se reducirá casi a la mitad en el caso de la Iglesia Evangélica Reformada y en un tercio en la Iglesia Católica.
Así, la modelización indica que, en el caso católico se pasará de los 2,49 millones de fieles católicos en 2015 mayores de 15 años, a 1,73 millones en 2045. Un 31 por ciento menos. En el caso evangélico, se pasará de 1,67 millones a 968.000 euros, un 42,21 por ciento.
Según datos de la Oficina Federal de Estadística del Gobierno suizo, las personas sin afiliación religiosa en el país son el grupo que más ha crecido en los últimos 50 años. Alcanzó casi un tercio de la población en 2021, casi como todos los católicos. El perfil de población ‘sin religión’ es el de personas jóvenes, con mayor nivel educativo y habitantes de ciudades, con una mayor incidencia entre hombres que entre mujeres. O dicho de otro modo, en dos décadas han perdido la fe 1,46 millones de cristianos.
En rueda de prensa, la presidenta de la Conferencia Central Católica Romana de Suiza (RKZ), Renata Asal-Steger, admite que la Iglesia debe someterse a una “reforma fundamental” para responder mejor “a las necesidades de la población actual”. También admitió que los escándalos de abusos han hecho mella en la situación. Por su parte, su homóloga evangélica, Rita Famos, incidió en “trabajar con los que están ahí”.
Una de las derivadas de esta pérdida de fieles es el problema financiero que puede provocar, pues el estudio citado prevé una disminución sustancial de ingresos en las dos próximas décadas, a lo que se suma la disminución del número de contribuyentes que pagan impuesto eclesiástico. De tal modo, el informe incide en que ambas instituciones tendrán más complicado defender su legitimidad para recaudar dinero público, por lo que se plantean nuevos modelos de diversificación de ingresos, a través de su patrimonio inmobiliario, patrocinios y contratos de servicios.