El cardenal Baltazar Porras, hombre de confianza de Francisco, fue el encargado de presidir la apertura de este evento que une a misioneros de todo el continente
12.000 personas, entre laicos, laicas, sacerdotes, obispos, diáconos, religiosas y religiosos, han participado de la misa de apertura del sexto Congreso Americano Misionero, en el anfiteatro Juan Pachín Vicéns de la ciudad de Ponce, al sur de Puerto Rico.
El cardenal venezolano Baltazar Porras, arzobispo emérito de Caracas y enviado especial del papa Francisco, ha presidido, acompañado por Rubén González, presidente del episcopado puertorriqueño, y Roberto González, arzobispo de San Juan.
La festividad de la Divina Providencia y la entronización de las reliquias de Carlos Manuel Cecilio Rodríguez Santiago, primer beato laico de Puerto Rico, marcaron el arranque de la Celebración.
Ante la nutrida concurrencia, el cardenal Porras ha bromeado: “Es una emoción muy grande, como nos acogen con este gimnasio repleto y más en la celebración de las fiestas de su patrona. Ustedes tienen a los Leones de Ponce (risas), yo a los Leones del Caracas”.
El hombre de confianza de Bergoglio hizo un análisis histórico del proceso misionero que desde Puerto Rico, con la isla de La Española, Santo Domingo, se convirtieron en “el puente desde donde la fe católica pasó en un primer momento de la Península Ibérica a las Antillas Mayores y desde allí a tierra firme”.
Amén del componente académico, testimonial, trabajo en grupos y experiencial, ha pedido a la concurrencia ir “más allá de la delegación” para entrar en contacto “con hermanos de otras latitudes, aumentar la fraternidad y descubrir las potencialidades de nuestros hermanos”.
“Es un llamado a la integración, en las que la mirada tiene que ser mutua: vernos, conocernos y enriquecernos los unos a los otros. En consonancia con el Papa Francisco somos Iglesia en salida que camina junto a otros, sinodalmente”, apuntó.
Porras no ha dejado de expresar “un especial cariño por esta tierra insular”, que comparte lazos históricos con su natal Venezuela desde el oriente del país con el obispado de San Juan.
Ha expresado el saludo del Papa , quien hace votos para que “a partir de estas fiestas sagradas los fieles cristianos de América fomenten en sí mismos un espíritu verdaderamente cristiano y puedan gastar todas sus energías en la obra de evangelización, llenos abundantemente del consuelo del Espíritu”.
Feliz coincidencia para Porras, el celebrar las fiestas de la patrona de Puerto Rico, decretadas por el entonces papa Pablo VI, en 1969, con ocasión de la llegada de los españoles a Borinquen, “siendo así la protectora de este piadoso y laborioso pueblo desde tiempo inmemorial”.