La Conferencia Episcopal Española presenta el proyecto ‘Hospitalidad Atlántica’ como respuesta a la migración forzada entre el norte de África y el sur de Europa
El director del Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, Fernando Redondo, ha anunciado que 75.000 migrantes indocumentados residentes en España quedarán fuera de la reforma de la Ley de Extranjería, según datos registrados por Cáritas. El sacerdote ha compartido esta reflexión en un encuentro hoy con los medios de comunicación, en el marco de la Asamblea Plenaria de los obispos que se celebra esta semana en Madrid.
Redondo dio la bienvenida a la reforma del Reglamento de la Ley de Extranjería aprobada por el Consejo de Ministros, pues permitirá regularizar 900.000 migrantes en tres años, pero la consideró insuficiente. No obstante, ha reiterado que seguirán apoyando la aprobación de esta Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que, además de la regularización, rebaja de tres a dos años el tiempo para iniciar los procesos de regularización.
El sacerdote ha rechazado que la iniciativa gubernamental provoque un “efecto llamada” y ha asegurado que hay que darle a las personas migrantes que llegan a España la “posibilidad de regularizarse”.
Por otra parte, ha recordado el caso de los asentamientos de temporeros en la zona de Almería, que viven en “situaciones infrahumanas”. “En Almería aproveché para conocer de primera mano, acompañado por el secretariado de inmigración de la Diócesis de Almería, los asentamientos que allí hay. Visité dos que albergan a unas 900 personas, todos ellos trabajan en los invernaderos. No son personas que estén en la calle, no son delincuentes como a veces se dice, son personas que trabajan todo el día en estos invernaderos y están viviendo en situaciones infrahumanas. He estado en Bangladesh y 15 años en Brasil y allí no he visto la situación que me encontré en Almería”.
Estas declaraciones se han producido en la presentación del proyecto ‘Hospitalidad Atlántica’ para proteger a las personas migrantes que emprenden la ruta atlántica. Participarán 26 diócesis de diez países. A saber, las organizaciones eclesiásticas Senegal, Cabo Verde, Gambia, Guinea, Guinea-Bissau, Mali, Marruecos, Mauritania, Sáhara Occidental y España. En este último caso, se involucrarán las diócesis de Canarias, Málaga, Melilla, Cádiz y Ceuta.
Esta iniciativa supone “un pequeño granito en todo este magno fenómeno de las migraciones y un paso significativo”, ha afirmado el presidente de la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad Humana y obispo de Mondoñedo-Ferrol, Fernando García Cadiñanos. El prelado concretado que la “voluntad de la Iglesia es promover rutas que sean más seguras para los migrantes y que sus proyectos migratorios se enmarquen dentro de la seguridad”. Asimismo, ha planteado la necesidad de que el abandono de un país de origen no sea una opción obligada, sino voluntaria, en virtud del “derecho a migrar”.
‘Hospitalidad Atlántica’ se centra en tres objetivos. En primer lugar, se intenta proporcionar información veraz en los países de origen, por ejemplo, sobre los peligros de la ruta, los desafíos legales al alcanzar Europa y la puesta en conocimiento de sus derechos. “Salen muchas veces a ciegas, queremos que tengan la información para elegir libremente si migrar o quedarse”, ha añadido Redondo.
En segundo término, el proyecto busca salvar vidas. Establece para ello una guía de hospitalidad atlántica a través de aplicaciones en móviles (REFAID) y webs (RAEMH). Estas aplicaciones ponen en conocimiento de los migrantes información sobre la ruta que realizan o la ubicación de centros de acogida o espacios de cuidado.
El tercer pilar es el trabajo en red entre las diócesis involucradas, con el apoyo del Vaticano a través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. En los territorios españoles integrados en el proyecto, se está realizando un “corredor de hospitalidad” desde Canarias hasta la península para evitar una sobresaturación y garantizar “que las personas puedan ser enviadas a centros de acogida en parroquias o en Cáritas“, explica Redondo.