El arzobispo de Santiago de Compostela, Francisco Prieto, admite que la Iglesia “llegó tarde” al abordar los casos de abusos, pero ha llegado y asegura que no trata de “pasar página”, sino asumir los errores y aprender de ellos. En una entrevista concedida al programa ‘La Noche en 24 horas de Televisión Española’, Prieto reconoció que la Iglesia falló al reconocer los abusos en su seno y aseguró que se están poniendo los medios para evitar que se repita. “Fallamos, lo reconocemos”, declaró. “Nos faltó escuchar y tener una mirada más atenta. Ahora estamos preparados para que no vuelva a ocurrir”, manifestó.
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En este sentido, destacó los esfuerzos de la Iglesia en prevención y formación, mencionando la capacitación de 400.000 estudiantes en colegios católicos para prevenir estas situaciones y la creación de 250 oficinas para atender a menores en diócesis y escuelas.
El arzobispo afirmó que la Iglesia no está en crisis, aunque reconoció que ha enfrentado momentos difíciles a lo largo de su historia. Según él, las crisis representan oportunidades para presentar a la institución de manera más auténtica. El líder de la diócesis compostelana expresó su apoyo al papa Francisco, describiéndolo como una figura que promueve una Iglesia abierta y transformadora. “Reconozco en Francisco a ese Pedro que nos invita a avanzar y abrir caminos“.
Geografía pastoral
Preguntado por el celibato sacerdotal, Prieto adoptó un tono reflexivo. Defendió que la Iglesia debe ofrecer propuestas positivas, adaptándose a la realidad de las personas: “Quizás nuestras ideas respecto a las relaciones sexuales partían de lo ideal y debemos partir de la realidad, que a veces es muy cruda“. Sobre el celibato, lo calificó como “una opción libre” y “un signo de madurez afectiva”, pero sugirió que, aunque no es un dogma, su posible revisión requeriría un debate profundo.
Sobre la crisis de vocaciones, el arzobispo negó que esto amenace la desaparición de la Iglesia. Reconoció el impacto del despoblamiento rural y abogó por mantener una “geografía pastoral” que garantice la relevancia de la Iglesia en las comunidades, especialmente en lugares donde la misa dominical sigue siendo un evento central.
Prieto defendió la labor de Cáritas como una expresión del compromiso cristiano con las periferias. En respuesta a la actitud de Cáritas ante el intento del Gobierno municipal de Burgos de suspender las ayudas a ONG que trabajan con migrantes, enfatizó que la dignidad humana debe ser el eje central de toda acción: “Cáritas no se cansa de estar donde se necesita, desde la vivienda hasta la migración”, haciendo hincapié en que es la forma que tiene la institución de entender a Cristo.
También se pronunció sobre el Valle de los Caídos, instando a que se convierta en un lugar de memoria “saludable y reconciliada” que respete la verdad histórica.
Misal en gallego
El arzobispo destacó el papel de las mujeres en la Iglesia, instando a visibilizar sus compromisos y responsabilidades. También anunció una nueva edición del misal en gallego, adaptada a la nueva gramática en ese idioma, destacando que “Dios entiende todas las lenguas”.
Francisco José Prieto concluyó señalando que el Camino de Santiago sigue siendo una fuente de búsqueda espiritual y sentido, y avanzó que este año ya ha habido medio millón de peregrinos, una metáfora del papel que la Iglesia busca desempeñar en una sociedad en transformación.