John Stowe (Ohio, 1966), obispo de Lexington (Kentucky), no tiene pelos en la lengua. No está feliz con la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. ¿El principal motivo? Su agenda antinmigración. Antes de viajar a Baltimore para asistir a la Asamblea Plenaria de la Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), ‘Vida Nueva’ conversa con el religioso de la orden de frailes menores conventuales, que es, desde 2018, presidente de Pax Christi en Estados Unidos, encargo que recibió tres años después de que el Papa lo llamara al episcopado.
PREGUNTA.- El Vaticano y la USCCB han felicitado a Trump por su victoria. ¿Qué espera usted de su administración?
RESPUESTA.- Creo que las felicitaciones son una formalidad necesaria; sin embargo, la USCCB está contenta con el cambio de la situación en el país sobre el aborto y, por eso, las felicitaciones van un poco más allá de la formalidad. Personalmente, espero lo peor. La administración anterior de Trump nos causó muchos problemas con los migrantes, siempre con el miedo de ser expulsados del país. El tratamiento inhumano de los niños en la frontera y la separación de las familias también era grave. Fueron cuatro años de caos, sin poder contar con las reglas y procedimientos normales de la ley. Su incapacidad enfrentando la pandemia y sus mentiras constantes no llamaba a pensar que fuera el mejor candidato a una reelección.
P.- ¿Ve a la sociedad estadounidense dividida?
R.- La sociedad estadounidense está muy dividida y como nunca antes. Dentro de la Iglesia, dentro de las familias, las organizaciones, etc., todos tienen sentimientos y opiniones fuertes sobre Trump en ambos sentidos. Muchos no quieren tener ninguna relación con una persona que piensa diferente sobre el próximo presidente.
P.- Trump ha dicho que Dios le ha permitido vivir para salvar la nación. ¿Existe una tentación de ideologizar la fe?
R.- Hay muchos que ni siquiera creen que Trump estuvo en peligro y que todo el supuesto intento de asesinato fue un teatro. Es tan conocido por sus mentiras que es posible. Trump no es salvador de nadie y de ninguna nación. La ideología ha superado a la fe en muchos de sus seguidores.