Agustín Alcayde, vicario episcopal de Acción Social y Caritativa de la archidiócesis, destaca el esfuerzo eclesial realizado tras las devastadoras consecuencias de la DANA
La labor de la Iglesia valenciana está siendo un pilar fundamental en dar una respuesta ágil y comprometida frente a esta emergencia social. Uno de los principales retos de la archidiócesis de Valencia ha sido reconstruir las Cáritas parroquiales dañadas por las inundaciones. “Para dar servicio a la comunidad, tuvimos que levantarlas y recomponerlas, porque sin ellas era imposible brindar el rescate necesario a las personas afectadas”, ha explicado su vicario episcopal.
Las primeras ayudas de ropa y alimentos llegaron rápidamente, aunque la logística inicial fue complicada debido a las carreteras cortadas. “Fue un desafío hacerlas llegar, pero con el apoyo de Cáritas y la sociedad se logró solventar este problema en poco tiempo”, ha afirmado Alcayde. Sin embargo, el vicario subraya que las consecuencias de la tragedia no se resolverán de manera inmediata. “Será un proceso largo para ayudar a las personas a superar este shock y reconstruir sus vidas poco a poco”, añade el vicario episcopal de Acción Social y Caritativa de la Archidiócesis de Valencia.