Un holograma de Jesús en una iglesia católica de Suiza busca abrir el debate sobre los límites de la tecnología
En un giro innovador y provocador, la capilla de San Pedro, la iglesia católica más antigua de Lucerna, Suiza, ha incorporado un holograma de Jesucristo impulsado por inteligencia artificial (IA) en un confesionario como parte de la exposición artística Deus in Machina. Este proyecto busca generar un debate sobre el papel de la tecnología en la espiritualidad contemporánea.
Aunque inicialmente se rumoreó que el holograma podría administrar el sacramento de la confesión, los organizadores han aclarado que no cumple esa función. “Queríamos que las personas tuvieran una experiencia concreta con la IA para reflexionar sobre su papel en la fe”, explicó Marco Schmidt, teólogo de la iglesia. En lugar de un enfoque sacramental, el holograma interactúa con los visitantes en conversaciones diseñadas para explorar cuestiones espirituales. El holograma es obra de Philipp Haslbauer y Aljosa Smolic, del Centro de Realidades Inmersivas de la Hochschule Luzern. Está entrenado con textos del Nuevo Testamento y es capaz de comunicarse en 100 idiomas, lo que lo convierte en una herramienta sorprendentemente accesible.
El proyecto también busca mostrar cómo la tecnología puede complementar el trabajo de los sacerdotes. “La idea es proporcionar apoyo fuera de los horarios habituales de atención pastoral, no reemplazar a los líderes religiosos”, señalaron los creadores sobre esta innovadora instalación ha generado tanto interés como controversia. Aunque algunos ven en esta interacción un recurso complementario, otros enfatizan que las cuestiones de fe y sentido son terrenos profundamente humanos que no deberían ser delegados a las máquinas.
La organización de la exposición a revelado algunas de las consultas más comunes de los usuarios que ya han probado el holograma de Jesús. Entre las más frecuentes se encuentran las relacionadas con el amor y las relaciones y sobre la muerte y el más allá. Los organizadores señalan que este experimento proporciona una ventana hacia las preocupaciones personales y colectivas de nuestra sociedad. “Es un espejo de los anhelos humanos, que ahora también buscamos expresar en interacciones tecnológicas”, afirmó Marco Schmidt.
Con el holograma de Jesucristo, la Capilla de San Pedro busca invitar a creyentes y curiosos a reflexionar sobre cómo las herramientas tecnológicas pueden influir, complementar o incluso desafiar las prácticas religiosas actuales.