Dedicado al tema de los derechos humanos y los últimos, el Pabellón organizado y promovido por el Dicastero para la Cultura y la Educación, ha estado ocho meses abierto al público, alojado en el interior de la cárcel de mujeres de Giudecca, al sur de Venecia. Una extraordinaria experiencia compartida por artistas y público con la comunidad residente.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Arte que transforma vidas
La exposición, titulada “Con mis ojos”, incluyó obras de nueve artistas internacionales como Maurizio Cattelan, Claire Tabouret y Sonia Gomes. Las residentes participaron activamente como guías y colaboradoras en talleres artísticos, uniendo su creatividad a las piezas exhibidas. Este enfoque, impulsado por el Ministerio de Justicia y otras instituciones, subrayó el potencial transformador del arte dentro de comunidades marginadas.
El 28 de abril, el Papa Francisco se convirtió en el primer Pontífice en visitar la Bienal de Venecia. Durante su encuentro con las reclusas, el Papa describió el arte como una “ciudad refugio” que incluye y protege a todos, destacando la relevancia del proyecto para derribar barreras sociales. Las visitas al pabellón se agotaron desde los primeros meses, con guías especialmente formadas entre las reclusas. La iniciativa no solo atrajo a miles de visitantes, sino también la atención de medios internacionales, con más de 500 publicaciones y 115 medios acreditados.
Un legado de colaboración e inspiración
El éxito de la Bienal radica en su capacidad para sensibilizar a otras instituciones sobre la importancia de colaborar con comunidades marginadas. Con miras a la 19ª Exposición Internacional de Arquitectura en 2025, el Dicasterio para la Cultura y la Educación planea fortalecer la presencia de la Santa Sede en futuros eventos en la exposición veneciana.