Valoraron el esfuerzo de los laicos que fueron constituyendo la “Iglesia en salida”, acercándose a las realidades concretas de los hermanos
El día de la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, la Coordinación Nacional de Laicos de la Iglesia paraguaya envió a los referentes un saludo, celebrando además el Día Nacional del Laico en el país.
En primer lugar, agradecieron a Dios por todo los que reciben como sus hijos, y por regalarles “este permanecer en nuestro tiempo ordinario de su prolongado kairós”, que ya habían iniciado con los procesos de la Asamblea Eclesial de América Latina y del Caribe; y continuando con el del Sínodo de la Sinodalidad, recientemente culminado en su segunda etapa, en la búsqueda de la Iglesia que Dios quiere para estos tiempos.
A nivel local, apreciaron y agradecieron todo lo experimentado en el último período, culminando ahora el “Año de la oración” para iniciar el Jubileo 2025, como “peregrinos de la esperanza”.
En el mensaje, valoraron y dieron gracias a los pastores de la Conferencia Episcopal Paraguaya, por la oportunidad de celebrar este “Día Nacional del Laico”, desde e l 2019 ; y todos los obispos y sacerdotes de las diferentes diócesis, y a los equipos de laicos que acompañaron y acogieron los encuentros nacionales, que les permitió ir acercándose y constituir la “Iglesia en salida”.
Con una metodología sencilla, con formación e intercambio de experiencias fueron contactando las realidades existenciales de las personas, misionando casa por casa e intentando llevar la presencia del Señor en cada visita, lo que se constituyó en una experiencia maravillosa para los hermanos.
Por último, agradecieron a cada uno de los laicos y laicas paraguayos que asumieron el compromiso de bautizados, de ser hijos de Dios que caminan juntos, con entusiasmo y participación en todo lo programado, llevando adelante y materializando acciones concretas con la finalidad de instaurar el Reino de Dios en la realidad concreta.
Por su parte, Celestino Ocampos, obispo de Carapeguá y responsable nacional de los Laicos, deseó que Dios les conceda su Espíritu para ser luz y sal en los ambientes, tanto testimonio con sus vidas sencillas y anunciando el Evangelio con convicción y denunciando los males, y en comunión con sus pastores y sacerdotes, para que otros puedan tomar conciencia de su bautismo y del sentido de la misión en sus respectivas comunidades.