El dominico Xabier Gómez es ya oficialmente desde este mediodía obispo de Sant Feliu de Llobregat. La catedral de Sant Llorenç de la ciudad catalana acogió la ordenación episcopal y el inicio del ministerio del religioso.
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La ceremonia estuvo presidida por el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, y, entre los concelebrantes, se encontraban el cardenal arzobispo de Madrid y vicerpresidente de la Conferencia Episcopal, José Cobo, el presidente de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Jesús Díaz Sariego y el nuncio Bernardito Auza. Entre las autoridades civiles, se sumaron a la eucaristía el consejero de Justicia, Ramon Ribagornet y el director general de Asuntos Religiosos, Ramon Bassas.
Cantera de obispos
El hasta hace unas semanas, director del Departamento de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española recibió visiblemente emocionado la mitra y el báculo regalado por Cáritas. Con lágrimas en los ojos, acogió la ovación recibida justo después por un templo abarrotado de fieles. Los aplausos no se quedaron ahí. Al tomar la palabra al final de la eucaristía, doy las “gracias a todas las personas migradas, a todos los migrantes por venir a nuestro país y revitalizar nuestra iglesias”. En ese momento, otra ronda de aplausos surgió de manera espontánea, al igual que cuando dejó caer que la comisión de pastoral de la Conferencia Episcopal Española se ha convertido “en cantera de obispos últimamente”.
El nuevo obispo se comprometió a seguir viviendo su vocación como dominico de “alabar, bendecir y predicar”. “Pau i Treva”, o lo que es lo mismo, “paz y tregua”, repitió el recién estrenado prelado haciendo suya esta reivindicación del Abat Oliva.
Compañeros de ruta
En la homilía previa al rito de la ordenación episcopal, Omella animó a Gómez a pastorear la región “en medio de una sociedad que no es esencialmente cristiana”. “Todos son compañeros de ruta y no adversarios”, remarcó el cardenal.
De la misma manera, el purpurado instó al nuevo obispo a “apacentar el rebaño”. “Querer a las ovejas es servir, estar en actitud de búsqueda, salir por los caminos del mundo haciéndose todo para todos para ganarse, sea como sea, a alguno”. “No tengas miedo, porque el Señor te acompaña y te acompañará y tendrás a la comunidad cristiana que te ayudará con su oración diaria por ti y con su apoyo en la acción evangelizadora”, añadió el arzobispo de Barcelona.
Mirada a los pobres
En este sentido, le planteó poner la mirada especialmente “en los pobres e indefensos” y en quienes “están alejados de la fe”, además de “cuidar particularmente” a los sacerdotes.
El purpurado tuvo palabras de agradecimiento para el ya obispo emérito de Sant Feliu, Agustín Cortés por su “entrega generosa” como primer obispo de la diócesis creada en 2004, especialmente en estos últimos años “en medio de una frágil salud”. “¡Qué gran testimonio nos has dado!”, añadió.
