La plataforma de la Iglesia presenta un avance del Informe FOESSA, que certifica cómo la precariedad está configurando “una sociedad del riesgo” para todos
Cáritas lo certifica: la pobreza se cronifica y dispara en España. Según recoge un avance de los resultados del IX Informe FOESSA, 9,4 millones de personas, esto es, un 19,3% de la población, se encuentran en situación de exclusión, dos millones más que en 2007 (16,4%), antes del crac mundial de 2008. Estas cifras son resultado de la encuesta realizada a 12.500 hogares en todo el país y desvelan además un incremento del 28% de la pobreza severa respecto de 2007, hasta alcanzar a 4,3 millones de personas en nuestro país, 1,4 millones más que antes de la llamada Gran Recesión.
“Nos encontramos en un momento de evolución positiva del PIB, del consumo y exportaciones, un crecimiento económico con creación de empleo”, constató esta mañana Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española, durante la presentación de estos datos. Sin embargo, lamentó que “estos datos positivos de lo macro no llegan a los más vulnerables”. Por ello, denunció “la incapacidad de la economía y de las políticas para romper esta dinámica de los ciclos de pobreza y exclusión social” al presentar este estudio titulado ‘La sociedad del riesgo, hacia un modelo de integración precaria’. Para Peiro, hay un “un claro carácter estructural de la realidad de la exclusión social, preexistente a las crisis”, incluida la reciente pandemia.
“Cada día vemos que esta pobreza y el dolor que conlleva está ligado a los gastos básicos, sean de alimentación o de vivienda”, remarcó la secretaria general, que también criticó la precariedad laboral. Una de cada 10 personas con trabajo está en exclusión y más de 8 de cada 10 hogares cuya persona sustentadora principal se encuentra en desempleo están en situación de exclusión social. Y más de la mitad, en exclusión social severa en 2024.
Con estas coordenadas, urgió a “favorecer un cambio en las políticas y discutir abiertamente sobre cómo responder a esta realidad que nos enfrentamos como sociedad, no solo pensando en las mayorías sino en los colectivos que sufren dificultades”.
Junto a Peiro, tomó la palabra Raúl Flores, secretario técnico de la Fundación FOESSA y coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas Española. El investigador ahondó en la encuesta que formará parte del IX Informe sobre Exclusión y Desarrollo Social en España, que saldrá a la luz pública en el último trimestre de 2025.
“Nos dirigimos a una sociedad del riesgo, y no solo de aquellos que ya vivían en la incertidumbre. En la sociedad inseguridad siempre pierden los mismos, los más pobres”, advirtió Flores. “La exclusión social no es un fenómeno importado ni exógeno, sino que tiene origen en nuestro modelo de sociedad”, aseveró, con el fin de alejar cualquier fantasma en torno al fenómeno migratorio. Y es que, de todas las personas en exclusión social, de las 9,4 millones de personas, 3 de cada 4 son españoles, si bien es cierto que las personas de origen extracomunitario tienen un mayor riesgo: alcanzan el 47%.
“Hay una crisis social real, la crisis de la vivienda”, sentenció el investigador, que puso sobre la mesa cómo los problemas relacionados con la vivienda afectan hoy de una forma u otra a 1 de cada 4 hogares en España. Sin embargo, esta proporción se dispara a 9 de cada 10 si se analiza las personas en situación de exclusión social severa. Esto se traduce en que más de 4,6 millones de hogares sufren dificultades para acceder o mantener un hogar. “Todos los indicadores nos informan que los riesgos de exclusión vinculados con la vivienda han empeorado”, dedujo el experto, remarcando que el 20% de las familias con menor renta destinan más del 70% de sus ingresos al pagar el alquiler.
Otros datos que hablan del alcance de la crisis habitacional es el hecho de que 3 millones de personas tiene que vivir en casas cedidas gratuitamente por otras personas o instituciones, realquiladas, ocupadas ilegalmente o con aviso de desahucio. Además, 3,4 millones de personas sufren condiciones de hacinamiento, porque viven con sus familiares o residen en los llamados nanopisos. “A diferencia de otras formas de exclusión residencial extrema, como el chabolismo o el sinhogarismo, que son mucho más visibles para la sociedad, los problemas que hemos señalado son en general muy poco visibles”, cuestionó Raúl Flores.
En su informe, Cáritas Española también se detiene en la desigualdad que se da en el acceso a la sanidad pública, especialmente en lo que tiene que ver con la asistencia a salud mental. Así, se recoge que en más de 600.000 familias alguien no ha recibido la atención que precisaba en el momento adecuado. No debe obviarse que un 12% de las familias tiene dificultades para comprar medicamentos y seguir tratamientos por sus problemas económicos.
Con estos datos por delante, Cáritas Española lanza a los poderes públicos y, a la sociedad en general, varias propuestas, entre ellas condiciones dignas en el empleo. Para ello, desde la Iglesia no solo se plantea una mejora de los salarios, sino reforzar “el sistema de garantía de ingresos mínimos”. Así, se recuerda que el gasto de España en rentas de inserción es de un 30% respecto a la media por los países de la Unión Europea.
Para dar un vuelco a la crisis habitacional, el coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas Española señaló que “es preciso ampliar y reforzar las políticas públicas de vivienda para toda la sociedad y en especial para las familias más vulnerables”. Para argumentar esta iniciativa, recordó que el parque de vivienda pública en alquiler en Europa es del 8%, mientras que en España se queda en el 2,5%.
De la misma manera, remarcó la necesidad de mayor inversión en infancia y en políticas orientadas a la familia, favorecer el acceso a la formación profesional y universitaria, con el simple hecho de facilitar todavía más el pago de las tasas de matriculación y el mantenimiento durante los años de estudios. En lo que al Sistema Nacional de Salud, Cáritas Española reclama reducir las listas de espera y una mayor inversión en salud mental. No se olvida la plataforma de la Iglesia de salir al rescate de los migrantes con “políticas sólidas de equidad y solidaridad”.
Preguntado por el retrato robot de la pobreza hoy en España, el secretario técnico de la Fundación FOESSA, compartió que resulta complicado establecer un perfil por la “multidimensionalidad de las condiciones de vida”. Aun así, explicó que se encuentran especialmente expuestas aquellas familias que están expuestas al factor del riesgo del empleo y la vivienda, personas y familias jóvenes, personas y familias con hijos, mujeres que afrontan solas la maternidad y personas que no tienen facilidad de acceso a la vivienda.