Pedro Jubinville analizó la realidad que viven las nuevas generaciones, destacando que son los protagonistas de un futuro mejor
En el marco de las celebraciones de la Virgen de los Milagros de Caacupé, el obispo de San Pedro Apóstol y presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, Pedro Jubinville, le habló a los jóvenes reunidos en el tercer día del novenarios.
Durante la homilía, consideró que, en las lecturas, resuenan palabras como angustia, miedos y ansiedad. Si bien no son las palabras centrales como fe, amor, liberación, reflejan y son eco de las realidades que viven los jóvenes. Sin embargo, destacó que: “Los jóvenes, con su entusiasmo y creatividad, representan la alegría y la esperanza para la Iglesia y el mundo, llamados a ser protagonistas de un futuro mejor”.
El obispo consideró que en la juventud no todo es farra o sonrisa, sino que hay muchas etapas delicadas a vivir y un tiempo de muchas vulnerabilidades. Remarcó que, aunque a nivel mundial la tasa de suicidios disminuyó, en América aumentó un 17% entre el 2000 y el 2019. Concretamente, en el Paraguay, la tendencia se mantuvo constante.
Mencionó también otros temas preocupantes: el consumo de drogas legales e ilegales que van en aumento; la desocupación, el desempleo y el empleo informal, sobre todo en aquellos jóvenes más pobres y sin contactos.
Indicó que hay signos que “… hablan de ansiedad, angustias, horizonte cerrado. ¿Cuántos jóvenes deciden migrar y muchas veces en condiciones muy precarias y riesgosas? ¿Cuántos jóvenes se aturden y se anestesien con juegos videos y realidad virtual?”.
Más allá de los tantos jóvenes que son dinámicos, entregados y comprometidos que encuentran su camino, aludió a los que viven en modo supervivencia, a la búsqueda de lo mínimo para su propia vida o la de su familia, “blindados para no sentir las humillaciones y el abandono, ¿poniéndose duros ante las adversidades? Y aquí, no se trata de delicados o de una generación de cristal, hay una realidad”, afirmó Jubinville.
El presidente de la CEP resaltó que el mensaje en este comienzo de Adviento es el de la Esperanza, y aunque hay una enormidad de promesas, estas chocan con la realidad. “No somos gente que se autosugestiona para no sentir los dolores, ni los desafíos. Somos gente de esperanza…”.
Hay testimonios de quienes llevan adelante sus vidas, con cuerpos y almas que sufren, que están en medio de violencia y caos; de jóvenes comunes y corrientes que llevan adelante su fe, con altibajos, que aman y vibran con sus semejantes o la naturaleza, que descubren y comparten sus talentos; otros que muchas veces en silencio, exponen su interior, que conocen la pobreza y las crisis. “Todos ellos y ellas comunicando, aunque sea con reservas y timidez, su alegría, su confianza, su generosidad, su arte, su deseo de vivir plenamente… a veces a pesar de las burlas, las contradicciones y las traiciones”.
El obispo se preguntó: “¿Qué sentido, qué vida les mueve? ¿Qué ven ahí en el horizonte que les hace caminar y amar?”. Y continuó: “¿Qué les hace renovar su fe en las personas y en Dios en medio de la indiferencia y el cinismo?”
“Yo veo jóvenes así, y son bellos, bellas. Y la esperanza que tienen parece una hazaña, pero es más bien un don de Dios, para ellas y ellos mismos, y para todos nosotros”, reafirmó el titular de San Pedro Apóstol.
Cree, además que la esperanza es la que nos hace continuar, permanecer, ser pacientes, escuchar los signos y seguir creyendo y amando.
Compartió con los presentes que sueña con la esperanza para este año del Jubileo, para que todos puedan contar sus historias y alegrarse con los tesoros de esperanza vivos en este pueblo.
Expresó que el Sínodo invita a caminar juntos, a guiarse, a conversar, poner palabras sobre el misterio y aprender los unos de los otros. Pidió la colaboración de los adultos para que estar y escuchar, y estar conscientes de sus propias experiencias para no dominar la conversación, sino ayudar a los jóvenes a contar las suyas, sin asustarse por las diferencias y las crisis. “Escuchar, escuchar, escuchar, con compasión, para que en este espacio los jóvenes tomen confianza y descubran sus dones”, concluyó.