El Ateneo Sant Pacià aplaude a Francesc Torralba por ser “aliento para estudiar, pensar y vivir”

La comunidad universitaria catalana celebró ayer un acto de homenaje al Premio Ratzinger 2023

El Ateneo Sant Pacià aplaude a Francesc Torralba por ser “aliento para estudiar, pensar y

El Ateneo Universitario Sant Pacià celebró ayer 4 de diciembre un acto académico en homenaje a Francesc Torralba Roselló, galardonado con el prestigioso Premio Ratzinger 2023. Este reconocimiento, otorgado por sus destacadas aportaciones en filosofía, subraya su papel como una de las figuras intelectuales más influyentes en el ámbito del pensamiento contemporáneo. Torralba es profesor en la Facultad de Teología de Cataluña y la Facultad de Filosofía de Cataluña, ambas adscritas al Ateneo, y cuenta con una prolífica trayectoria académica que incluye doctorados en Filosofía, Teología, Pedagogía e Historia del Arte.



Reconocimiento a la excelencia filosófica y ética

Ignasi Fuster, decano de la Facultad de Filosofía, abrió el evento con unas palabras de elogio hacia Torralba, destacando su dedicación académica y su impacto en disciplinas como la antropología filosófica, la ética y la teología. “Su maestría y sus publicaciones son un aliento para todos nosotros, no solo para estudiar y pensar, sino también para vivir. Para Francesc, la filosofía es una escuela de vida”, afirmó Fuster.

El acto también contó con la participación de Mons. Sergi Gordo, obispo de Tortosa, quien trazó un perfil humano y cristiano del homenajeado. Gordo recordó su amistad con Torralba desde los tiempos de estudiante y enfatizó cómo su pensamiento conecta las corrientes filosóficas contemporáneas con la tradición judeocristiana. “A todos nos honra que un miembro de nuestra comunidad haya recibido este reconocimiento internacional. El Premio Ratzinger simboliza el diálogo entre fe y razón, uniendo la creencia cristiana con la racionalidad moderna”, expresó.

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Entrega del Premio Ratzinger 2023, Sala Regia del Palacio Apostólico.

En su intervención, Torralba reflexionó sobre la esencia de la filosofía, describiéndola como una pasión insaciable por la verdad. “El filósofo no posee la verdad, la atisba. Su deseo de saber lo lleva a explorar terrenos que desafían al sentido común. Es una actividad total que implica la dimensión emocional, racional y trascendente del ser humano”, explicó.

Para Torralba, la paradoja es el motor del pensamiento filosófico: “Es la pasión del pensamiento, y un pensador sin paradoja es como un amante sin pasión”. Este deseo de comprender lo incomprensible, añadió, caracteriza al filósofo como un buscador perpetuo, consciente de sus límites pero motivado por trascenderlos. Además, subrayó que la humildad y la esperanza son virtudes inherentes al filósofo, quien debe reconocer su ignorancia mientras mantiene la fe en el conocimiento.

El legado de Benedicto XVI

Joan Planellas, vice gran canciller del centro de formación y arzobispo de Tarragona, clausuró el acto conectando las ideas de Torralba con el célebre discurso de Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona. Planellas destacó la importancia de una “razón amplia” que abarque tanto la ciencia empírica como las grandes preguntas humanas. “La teología tiene una base científica y, como tal, pertenece al ámbito universitario. Explorar las preguntas fundamentales del ser humano es esencial para comprender nuestra realidad”, afirmó el arzobispo. El homenaje cerró con una reflexión sobre la obra inacabada de san Agustín sobre la Trinidad, destacando cómo la comprensión humana de Dios y la realidad trascienden las palabras.

 

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