Cultura

‘Et incarnatus est’: Palencia ensalza el arte sacro del Niño Jesús

Con el respaldo de la Junta de Castilla y León, la diócesis castellanoleonesa reúne una selección de esculturas y lienzos sobre el Hijo de Dios en su infancia





El profundo anhelo de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, junto con la diócesis de Palencia, de rendir homenaje al Niño Jesús y su relevancia tanto en la fe como en el arte sacro, se materializa este Adviento con la exposición ‘Et incarnatus est’. Durante años, esta iniciativa ha sido un sueño compartido que busca unir devoción y patrimonio artístico, y ahora se convierte en una realidad en el Museo de Palencia, con el respaldo de la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento, la Diputación y otras instituciones culturales.



La muestra, que estará abierta hasta el 8 de enero, reúne una selección excepcional de esculturas y lienzos del Niño Jesús provenientes de parroquias, conventos y museos de toda la provincia. Su doble objetivo es claro: potenciar el culto a la figura central de la Navidad y destacar la riqueza del arte sacro que caracteriza a esta región.

Un sueño hecho realidad

Dirigida por José Luis Calvo, delegado de Patrimonio Artístico de la diócesis de Palencia, y Carlos Mediavilla, responsable de Cultura de la Cofradía Dulce Nombre de Jesús, la exposición cuenta con obras cuidadosamente seleccionadas para representar distintas sensibilidades artísticas y épocas, desde el Renacimiento hasta los siglos XVII y XVIII.

El comisariado enfatiza la importancia de las aportaciones de diversas parroquias y museos, sin las cuales esta muestra no habría sido posible. Entre los espacios que han cedido piezas se encuentran templos emblemáticos como la Colegiata de San Miguel en Aguilar de Campoo, la Iglesia de Santos Facundo y Primitivo en Cisneros, y la Santa Iglesia Catedral de Palencia, además de importantes colecciones como las del Museo de Arte Sacro en Ampudia y el Museo Diocesano de Palencia.

Recorrido por la diversidad artística

Las representaciones del Niño Jesús en ‘Et incarnatus est’ sorprenden por su variedad. Desde imágenes vestidas con ricos ropajes bordados en oro y plata hasta tallas más sobrias, cada pieza refleja un enfoque único del misterio de la Encarnación. Algunas esculturas lo muestran de pie, bendiciendo con una cruz o un orbe en la mano, mientras que otras optan por representarlo dormido o reclinado, evocando ternura y humanidad. También se incluyen esculturas exentas, es decir, tallas que no forman parte de retablos o conjuntos mayores, que alcanzaron su apogeo en 1606. Además, se exhiben obras que destacan no solo por la talla, sino por sus peanas ornamentales, que son auténticas joyas artísticas en sí mismas, diseñadas para resaltar la figura del Niño y dotarla de un entorno solemne y majestuoso.

Conexión entre fe y patrimonio

Entre las piezas más destacadas está la cuna del Niño Jesús del Real Monasterio de Nuestra Señora de la Consolación en Calabazanos, que sale por primera vez de su ubicación habitual: “Esta obra no solo tiene un alto valor artístico, sino que está profundamente vinculada al misterio de la Navidad y al Auto de los Reyes Magos que se representa en Calabazanos”, ha apuntado Calvo. También el Santo Niño del Cebú, procedente de Filipinas, que no solo es un símbolo de la conexión entre España y sus antiguas colonias, sino también una muestra de la universalidad del culto al Niño Jesús. También llaman la atención las imágenes provenientes de la Iglesia de San Fructuoso en Villada, el Convento de Santa Clara en Carrión de los Condes y la Iglesia de Santa María en Becerril de Campos. Cada obra aporta su propio matiz al relato devocional y artístico de la muestra, ofreciendo a los visitantes un vistazo a la historia y espiritualidad de cada localidad.

Cita imprescindible para Adviento y Navidad

En palabras de José Luis Calvo, ‘Et incarnatus est’ es más que una exposición; es una invitación a redescubrir el misterio de la Navidad a través de la belleza del arte sacro y la riqueza cultural de la provincia de Palencia. Además, la muestra contribuye a la promoción de una de las tradiciones más queridas de la región: el Bautizo del Niño, una fiesta de Interés Turístico Nacional que se celebra cada 1 de enero en Palencia. Una oportunidad para detenerse, contemplar y celebrar el mensaje universal de la Navidad.

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