El prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación ha analizado la importancia de la formación en tiempos de crisis durante el Congreso de Hermandades y Piedad Popular en Sevilla
El cardenal José Tolentino de Mendonça, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, ofreció una profunda reflexión durante la tercera jornada del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular que se celebra en Sevilla hasta el domingo. El cardenal reflexionó sobre la importancia de la formación para dar razón de la esperanza en tiempos de crisis. Introducido por el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, de Mendonça destacó la relevancia de términos como hermandad y piedad, lamentando su pérdida de centralidad en el discurso cotidiano y alabando a los presentes por su “inconformismo cultural”.
El cardenal abordó la “fuerte crisis antropológica” que enfrenta nuestra generación, invitando a la Iglesia a responder con convicción a la pregunta fundamental: “¿Qué es el ser humano?”. Reconoció la fragmentación y polarización del mundo actual, señalando que es necesario redescubrir recursos espirituales y humanos para enfrentarlas.
El purpurado citó a la filósofa María Zambrano para subrayar que en momentos oscuros solo el amor puede “recrear el mundo”. En su análisis del mundo actual, Tolentino resaltó cómo lo digital ha transformado la percepción de la realidad, llevando a creer que todo es reducible a algoritmos. A la par, advirtió que estamos viviendo una crisis en los modelos educativos, que han priorizado la especialización extrema, dificultando la creación de una visión integral del ser humano, como señaló el filósofo Ortega y Gasset.
El prefecto denunció el relativismo y el reduccionismo que dominan el debate público, destacando que la ciencia, enfocada en el consumismo, ha dejado de lado la dimensión ética y humana. Así,urgió a reforzar una “antropología integral”, priorizando la formación humanista y espiritual como la mayor inversión. ““La mayor inversión -añadió- tiene que ser humana””, dijo textualmente.
Proponiendo un “pacto comunitario”, el cardenal llamó a enfrentar la “dictadura de la indiferencia” descrita por el Papa Francisco, preguntando: “¿Dónde está tu hermano?”. En esta misma línea, subrayó que la pandemia dejó al descubierto nuestra fragilidad, evidenciando la necesidad de replantear nuestras prioridades y construir una sociedad basada en la fraternidad.
El prefecto señaló que la vulnerabilidad, lejos de ser un obstáculo, fue para Jesús una fuerza motriz. Por eso, ha invitado a mantener viva la experiencia de Dios, fomentando comunidades empáticas que superen el narcisismo contemporáneo, simbolizado por la era del “selfie”.
En su conclusión, el cardenal reflexionó sobre la paradoja entre lo efímero y lo eterno, recordando que, aunque las obras humanas parecen duraderas, solo el amor trasciende el tiempo. “¿Qué amor?”, preguntó. La respuesta, afirmó, reside en alinear nuestras opciones de vida con las de Cristo, edificando un mundo nuevo basado en el amor verdadero. Propuso una mirada humana “más global, más atenta, más atravesada por los valores evangélicos”, que nos lleve al “redescubrimiento humilde, esperanzado, de lo que somos juntos”. Y para ello presentó los textos bíblicos, como “un recurso precioso con el que podemos contar”.
Dirigiéndose a los cofrades presentes en el trascoro de la catedral de Sevilla, José Tolentino de Mendonça afirmó que “sois maestros en esta formación de humanidad, en esta necesidad de trasmitir una sabiduría humana”. Por eso, no dudó hacerles el encargo de “construir comunidades más empáticas, más humanas, más fraternales, más dialogantes”.