España

Formación, debates y relación personal con los curas ‘importados’





En una Iglesia que, verdaderamente, cada vez es más universal, abundan los llamados misioneros ‘Fidei donum’; esto es, sacerdotes de una diócesis que, durante tres años (los trienios son renovables), ejercen su ministerio en otra Iglesia nacional local. Puesto que la mayoría de los que vienen a España lo hacen para formarse, es clave que las universidades eclesiásticas o las facultades teológicas que los acogen les ofrezcan claves pastorales para conocer nuestra realidad eclesial nacional.



Lorenzo de Santos, sacerdote y director del Instituto Superior de Pastoral de Madrid, explica a Vida Nueva que “la gran mayoría de nuestros alumnos extranjeros son sacerdotes (y algunos religiosos) de América Latina y África. Salvo unos pocos, que ahora serían venezolanos por la situación en su país, la inmensa mayoría vuelven al finalizar sus estudios”.

Encuentros monográficos

Ante la evidencia de que estos presbíteros, mientras están aquí, participan en la pastoral de parroquias y comunidades eclesiales locales, De Santos añade que buscan ofrecerles “cercanía y acompañamiento también en esta dimensión”. Lo que hacen “desde un punto de vista no solo académico, sino fomentando actividades paralelas, como los encuentros ‘Lectura creyente de la realidad’, que celebramos cada 15 días y en los que abordamos cuestiones de plena actualidad social y eclesial, tanto a nivel nacional como mundial, para ayudarles a conocer nuestra realidad”.

Un nivel de concreción para el que recurren a expertos, como algunos que han estado este curso: Francisco Javier de la Torre, director de la Cátedra de Bioética de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, que disertó sobre ‘Fiducia supplicans y las bendiciones a parejas homosexuales’; el moralista Marciano Vidal, que habló de otro documento vaticano de gran importancia, como ‘Dignitas infinita’; o Angela Riedemann, que profundizó en la perspectiva de gobernar junto a los laicos que abre el Camino Sinodal Alemán.

Además de otras cuestiones eclesiales, “como la etapa que se abre en la Iglesia de Madrid bajo el gobierno del cardenal José Cobo”, el abordar otras temáticas de tipo social, “como la Ley de Extranjería, las protestas de los agricultores o las guerras de Ucrania o Gaza”, el director del Instituto Superior de Pastoral destaca que “son diálogos enriquecedores para todos los participantes, pues estos sacerdotes extranjeros tienen la oportunidad de presentar y darnos a conocer la realidad de sus países, como comprobamos con varios curas africanos en la charla sobre las bendiciones a parejas homosexuales, al ofrecernos sus argumentos y compartirnos sus experiencias, contrastándolas con otras realidades eclesiales”.

Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria, con el sacerdote indio Anosh Abraham

Treinta alumnos en Vitoria

Una vivencia parecida se da en la Facultad de Teología del Norte de España, con sede en Vitoria, donde el sacerdote Manuel Gómez Tavira, su secretario general y profesor de Historia Medieval y Moderna, nos detalla que “este curso ha habido matriculados 30 sacerdotes extranjeros”. Una realidad creciente “desde el impulso que diera en este sentido el obispo Juan Carlos Elizalde desde que llegara a la diócesis alavesa hace ocho años”.

Para ello, en primer lugar, han optado por “fortalecer el nivel exigido de castellano, debiendo aprobar todos, antes de empezar, un examen de nivel B1”. Una vez superada esa prueba, “todos, de un modo u otro, desempeñan tareas pastorales en la diócesis. Algunos son párrocos en el mundo rural y otros están adscritos a parroquias o son capellanes de comunidades religiosas, por lo que aprenden mucho con la experiencia y, a su vez, aportan mucho a la Iglesia local en un contexto de fuerte secularización”. Sin olvidar que “el ser sacerdote en un ámbito que va siendo de minoría les ayuda mucho a la hora de volver a sus países, pues este reto lo afrontan cada vez más comunidades eclesiales en todo el mundo”.

Mirándolo desde otro punto de vista, el sacerdote vitoriano valora “lo mucho que nos aportan estos curas extranjeros. Su labor es esencial y sostienen muchas labores que, si no, no saldrían adelante. Porque hay que admitirlo: hoy, España es tierra de misión. Al igual que antes salíamos nosotros, hoy son ellos los que vienen. Y cada vez serán más”.

Fotos: José Antonio Rosado.

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