Entre sus audiencias de este viernes, 6 de diciembre, el papa Francisco recibió a los profesores y estudiantes del Estudio Teológico San Paolo de Catania, de la isla italiana de Sicilia. Una audiencia en la que el pontífice les invitó a comprometerse en la vida eclesial y social de una tierra amenazada por la especulación mafiosa y la corrupción. También les recordó que “la formación está al servicio de la gente, de los pobres, de los últimos”.
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Creativos en la fraternidad
Para Francisco, Sicilia necesita hombres y mujeres que sepan “mirar al futuro con esperanza” y formar a las nuevas generaciones para ser “libres y transparentes” en el cuidado del bien común, para erradicar la “antigua y nueva pobreza”, según recogen los medios vaticanos. Y es que, resaltó, la teología “no puede ignorar el territorio en el que se sitúa”. En este sentido destacó la implicación de las mujeres en las comunidades eclesiales como “signo de los tiempos en un ámbito donde las mujeres han sido a menudo devaluadas en su papel social”.
También destacó que realizan su labor en una tierra “lamentablemente amenazada por la especulación mafiosa y la corrupción”, plagas que “frenan el desarrollo y empobrecen los recursos, condenando especialmente las zonas internas a la emigración de los jóvenes”. “La mafia siempre empobrece. Siempre”, recalcó el Pontífice. Por eso les pidió ser “acogedores” y “creativos en la fraternidad” en una tierra que siempre ha sido “encrucijada de pueblos”. “Este compromiso será más fructífero si sabéis dialogar con las culturas y religiones de otros pueblos mediterráneos, que miran al futuro con esperanza. ¡Por favor, no apaguemos la esperanza de los pobres, de esos pobres migrantes! Y estás dando la bienvenida a los inmigrantes. Integrar a los migrantes. Para vosotros también el desafío de los inmigrantes musulmanes: cómo integrarlos y ayudarles a entrar en las diócesis”, añadió.
