Esta mañana, en el Aula Pablo VI del Vaticano, se ha dado inicio a una serie de tres meditaciones de Adviento ofrecidas por el nuevo predicador de la Casa Pontificia, el padre Roberto Pasolini. Bajo el tema general “Las puertas de la esperanza”, estas reflexiones buscan preparar espiritualmente al Papa y a los miembros de la Curia Romana para la Navidad, iluminando el camino hacia el Año Santo con el ejemplo de los profetas y las figuras clave del Evangelio como María y su prima Isabel.
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Puerta hacia Dios
En su primera meditación, el padre Pasolini destaca la importancia de cultivar una actitud de asombro ante la novedad de Dios, especialmente en este tiempo de Adviento. Inspirado por el ejemplo de María, quien acogió libre y conscientemente el plan divino, Pasolini pone de manifiesto que el asombro es “el primer movimiento del corazón” que nos abre a reconocer la acción de Dios en nuestra historia.
La voz de los profetas
En el Adviento, la liturgia nos presenta las voces de los profetas, quienes invitan tanto a la conversión como a la esperanza. El padre Pasolini subraya que estos textos son cruciales, ya que nos confrontan con la fidelidad de Dios y su capacidad para cambiar la historia y transformar nuestra vida. Sin embargo, el fraile reconoce que aceptar esta esperanza es difícil, especialmente en un mundo marcado por el sufrimiento y la incertidumbre. Sus palabras son una invitación a creer en la posibilidad de un futuro diferente, a pesar de las sombras que parecen dominar el presente.
Isabel y María, ejemplos de fe y valentía
En su reflexión, Pasolini pone de ejemplo a dos figuras femeninas clave del cristianismo: Isabel y María. Isabel, con su valiente “no” a la tradición al elegir el nombre de Juan para su hijo, nos enseña a romper con la inercia del pasado para abrirnos a la acción de Dios. Este acto nos recuerda que la historia no está determinada solo por nuestras raíces, sino también por la gracia divina. Por otro lado, María, con su “sí” libre y gozoso al plan de Dios, encarna la humildad y la confianza necesarias para aceptar la novedad divina, tal y como ha explicado el capuchino.
Llamada a una vida transformada
Finalmente, invita a todos a pronunciar su propio “Aquí estoy”, inspirados por el ejemplo de María, quien respondió con entusiasmo y libertad a la llamada divina. Este Adviento, nos anima a abrirnos al asombro, a escuchar las voces proféticas y a permitir que la novedad de Dios nos renueve interiormente.
Con estas meditaciones, el padre Pasolini busca llevar a la comunidad vaticana y a los fieles a un tiempo de Adviento que no solo prepare el corazón para la Navidad, sino que también inspire a abrazar el Año Santo con esperanza.