Llegó el momento. 5 años después del incendio –producido en circunstancias aún no aclaradas– la catedral de Notre-Dame de París ha abierto sus puertas de nuevo al culto este sábado 7 de diciembre de 2024. La fiesta de la Inmaculada ha sido la ocasión elegida después de que no se llegara a tiempo a la previsión inicial del presidente de la república francesa, Emmanuel Macron, que quería que el templo abriera para los Juegos Olímpicos.
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Para esta reapertura se ha querido diferenciar el acto institucional –que las previsiones meteorológicas han obligado a trasladar de la explanada exterior al interior del templo– del propiamente religioso con la eucaristía de la Virgen presidida por el arzobispo de París, Laurent Ulrich. Para el primero de los eventos han asistido una cuarentena de jefes de Estado y de gobiernos como el presidente electo Donald Trump o el ucraniano Volodymyr Zelensky –que fue aplaudido al entrar en la catedral por los demás líderes–. También han acudido los reyes de Bélgica, el príncipe Alberto de Mónaco o el príncipe de Gales en representación del Reino Unido; y los presidentes de Alemania, Italia y varios países italianos, así como primeros ministros de diferentes países europeos, la presidenta de la Comisión Europea o la primera dama de los Estados Unidos Jill Biden. Los primeros en llegar fueron el cardenal Bechara Boutros Raï, patriarca maronita de Antioquía y de todo Oriente, y los ex presidentes François Hollande y Nicolas Sarkozy. ESpaña no ha enviado representación ofical.
Discurso de Macron
Tras la llegado de los invitados –incluidos algunos grandes bienhechores como el empresario Elon Musk que son recordados en una gran placa–, el arzobispo ha abierto simbólicamente las puertas llamando con su báculo mientras sonaban las campanas. Se han estrenado también las vestiduras litúrgicas diseñadas por Jean-Charles de Castelbajac. Tras un recordatorio del incendio del 15 de abril de 2019 y un vídeo sobre el proceso de restauración, este primer acto que ha contado con un homenaje a los 160 bomberos y autoridades que sofocaron el fuego, ampliamente aplaudidos en la catedral mientras un ‘gracias’.enorme se proyectaba en la fachada.
Macron ha podido dejar de lado por unas horas las crisis política que vive Francia esta semana, aunque el primer ministro dimisionario Michel Barnier y su esposa, Isabelle, han estado recibiendo a los invitados junto a la primera dama francesa, Brigitte Macron. El título del discurso de Emmanuel Macron ha sido el “arte de ser francés”. “Me presento ante ustedes antes de que comience la liturgia para expresar la gratitud de la nación francesa”, comenzó diciendo el presidente –marcando la diferencia con el acto religioso–. También quiso mostrar su “gratitud a todos los que salvaron y reconstruyeron Notre-Dame de París, gratitud a todos los que están presentes mientras nos preparamos para devolverla a los católicos, a París, a Francia y al mundo entero”. Y es que apuntó: “Transmitir esperanza: ése es el objetivo de este trabajo y de nuestra presencia aquí esta tarde”.
“Hemos redescubierto lo que pueden hacer las grandes naciones: lograr lo imposible”, reivindicó Macron al alabar a cuantos han contribuido a la reconstrucción de la catedral, insistiendo en el espíritu de “fraternidad” que, según él, han hecho posible esta hazaña. “Los fieles vendrán pronto a rezar. El mundo encontrará la catedral reconstruida y embellecida”, señaló finalmente Macron. Paz y fraternidad que el mandatorio presentó ante los líderes presentes como parte del mensaje de la reconstrucción. Para el presidente, “debemos atesorar esta lección de fragilidad, humildad y fuerza de voluntad. Y no olvidar nunca cuánto cuenta cada uno y cuánto la grandeza de esta catedral es inseparable del trabajo de todos. Esta tarde, juntos, podemos compartir la alegría y el orgullo”.
Moment historique. Ensemble nous avons rebâti Notre-Dame. Cœur de Paris. Âme de la France. Joyau de l’humanité. pic.twitter.com/Bo3dGuiDMX
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) December 7, 2024
Mensaje del Papa
El arzobispo –tras una procesión de estandarte que representaban a cada una de las parroquias parisinas– por su parte ha agradecido el compromiso del presidente Macron así como todos los implicados en los trabajos de extinción del fuego y durante el proceso de restauración desde abril de 2019. También se felicitó por el resultado de los trabajos de este tiempo y agradeció la respuesta de los mecenas. El nuncio apostólico, Celestino Migliore, transmitió a la asamblea el saludo del papa Francisco. “Nuestros corazones estaban serrados ante el riesgo de ver desaparecer a un maestro de la fe y la arquitectura cristianas, un símbolo sagrado de su historia nacional”, señala el pontífice al recordar el incendio.
En este día de “alegría, fiesta y júbilo”, el Papa alaba el “este impulso” que “es señal no sólo de un apego al arte y a la historia, sino también –¡y por qué es alentador!– la señal de que el valor simbólico y sagrado de este edificio se percibe aún más, desde el más pequeño al más grande”. Por ello Francisco alabó la labor de los bomberos y de los artesanos ya que “es hermoso y tranquilizador que los conocimientos de otros tiempos hayan sido guardados y mejorados. Pero lo más hermoso es que muchos constructores y artesanos han declarado haber vivido esta aventura de la ‘restauración’ en un auténtico proceso espiritual”. “Se basan en las huellas de sus padres, de los que sólo la fe, presente en su trabajo, ha podido crear una obra en la que nada de profano, ininteligible o vulgar tiene cabida”, destacó.
“El renacimiento de esta admirable iglesia puede constituir un signo profético del renacimiento de la Iglesia en Francia”, desea el Papa. Por ello invitó “a todos los bautizados que entran con alegría en esta Catedral a manifestar una fe legítima y a reapropiarse de su herencia de fe”. “Los que os han precedido en la fe la han edificado para vosotros: las innumerables representaciones y símbolos que os ofrece están destinados a guiaros con más seguridad hacia el encuentro con Dios-hecho-hombre y a redescubrir su inmenso amor”, reiteró el Papa a los creyentes franceses. Y a todos los visitantes “de todas las condiciones, procedencias, religiones, lenguas y culturas, muchos de ellas en busca de un sentido absoluto a su vida” deseó que la acogida sea el “testimonio de la Comunidad cristiana, permítanles percibir la paz que habita en su alma, la alegría de conocer y amar al Señor que se hace cercano, la compasión y la ternura”.
Tras las palabras del Papa, se ha organizado una sencilla bendición y se produjo el “despertar” del gran órgano. Ulrich será también el encargado de presidir la misa de este domingo. A los actos han acudido también todos los obispos de la provincia eclesiástica de la Isla de Francia. La jornada parasina ha seguido con la proyección de un concierto y un espectáculo de fuegos artificiales en el exterior del templo que, por la previsión de lluvia, se grabó un día antes. Para entrar en Notre Dame, la primera oportunidad es este domingo de 17:30 a 20:00 horas.