“Estén atentos a seguir el camino de Jesús. ¿Qué significa esto? Seguir el camino de Jesús significa ante todo volver a Él y ponerlo de nuevo en el centro de todo”. Es el encargo que el papa Francisco ha dejado a los veintiún nuevos cardenales que ha creado esta tarde en el que es el décimo consistorio de su pontificado. Uno a uno, los nuevos purpurados han ido desfilando ante el Pontífice argentino en la Basílica de San Pedro para recibir su birreta, el correspondiente abrazo y algún que otro chascarrillo de confianza que ha generado alguna que otra sonrisa cómplice.
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“En el camino de Jesús, caminemos juntos. Con humildad, con asombro, con alegría”, ha expuesto ante los neocardenales, un grupo entre los que no se encontraba ningún español y que vuelve a corroborar el empeño de Jorge Mario Bergoglio por universalizar el ‘club’ de los líderes eclesiales.
De Irán a Lituania
Así lo demuestra el hecho de que por primera vez haya designado a un arzobispo de Teherán, el belga Joseph Mathieu, junto a otros pastores de Lituania, Serbia, Filipinas, Japón o Argel. No menos significativos son los nombramientos el dominico inglés y predicador del Sínodo, Timothy Peter Joseph Radcliffe, o de George Jacob Koovakad, oficial de la Secretaría de Estado del Vaticano, responsable de los viajes del Papa.
En medio de una celebración festiva, el Sucesor de Pedro recordó a quienes a partir de ahora entrar a formar parte de sus colaboradores más estrechos que, al igual que les pasó a los discípulos de Jesús, puede que “nuestro corazón se pierda, dejándose deslumbrar por el encanto del prestigio, por la seducción del poder o por un entusiasmo demasiado humano por nuestro Señor”.
Lo superfluo
Con esta alerta por delante, pidió a los nuevos cardenales adentrarse en un particular examen de conciencia: “¿Hacia dónde va mi corazón? ¿En qué dirección se mueve? ¿Quizás voy por el camino equivocado?”. “Volver al corazón para retomar el camino de Jesús, esto es lo que necesitamos”, les recomendó.
Para Jorge Mario Bergoglio, “en la vida espiritual como en la pastoral, a veces corremos el riesgo de concentrarnos en lo superfluo, olvidando lo esencial”. Así, se mostró especialmente preocupado por el hecho de que “las cosas secundarias” puedan solapar a lo verdaderamente importante: “Nos sumergimos en actividades que consideramos urgentes, sin llegar al corazón”.
Cristo”. “También la palabra “cardinal” nos recuerda esto, indicando el perno en el que se inserta la puerta”, apuntó el Papa, para remarcar que “Jesús es el punto de apoyo fundamental, el centro de gravedad de nuestro servicio, el ‘punto cardinal’ que orienta toda nuestra vida”.
Con los vulnerables
Por ello, se mostró convencido de que “seguir el camino de Jesús significa también cultivar la pasión por el encuentro”, especialmente con los más vulnerables. En este punto, el Pontífice se detuvo en aquellos marcados “por el sufrimiento”, que “han perdido la esperanza”, están enfermos o se han caído.
Francisco les invitó a ser como Jesús: “Mientras pasa, enjuga las lágrimas de los que lloran”. Con esta premisa, expuso que “lo que debe animar su servicio como cardenales es el riesgo del camino, la alegría del encuentro con los demás, el cuidado de los más frágiles”. Adosó otra tarea más: “Ser constructores de comunión y unidad” frente a “la carcoma de la competencia”. “El Señor los llama a ser testigos de fraternidad”, añadiría después.
En modo Bergoglio
En esta nueva hornada de cardenales, Francisco también ha dibujado una nueva generación de purpurados para América Latina, su continente de referencia, con cinco birretas que van para Argentina, Chile, Perú, Ecuador y Brasil. En total con estos 21 cardenales, el 80 % de los 140 purpurados que podrían entrar en la Capilla Sixtina para un eventual cónclave han sido designados por el Pontífice argentino.
Este consistorio también resulta singular en tanto que el obispo indonesio de Bogor, Paskalis Bruno Syukur, renunció a la designación el 22 de octubre “para crecer en la vida sacerdotal”. Lejos de dejar la vacante abierta, Francisco quiso incluir en su lugar al arzobispo de Nápoles, Domenico Battaglia,
Lista de los nuevos cardenales
- Fernando Chomali, arzobispo de Santiago de Chile
- Carlos Gustavo Castillo, arzobispo de Lima (Perú),
- Vicente Bokalic Iglic, arzobispo de Santiago del Estero (Argentina)
- Gerardo Cabrera Herrera, arzobispo de Guayaquil (Ecuador).
- Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre (Brasil)
- Fabio Baggio, subsecretario de la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (Italia)
- Angelo Acerbi, nuncio apostólico (Italia)
- Tarcisio Isao Kikuchi, arzobispo de Tokio (Japón)
- Pablo Virgilio David, obispo de Caloocan (Filipinas)
- Roberto Repole, arzobispo de Turín (Italia)
- Baldassare Reina, vicario de la diócesis de Roma (Italia)
- Dominique Joseph Mathieu, arzobispo de Teherán (Irán)
- Francis Leo, arzobispo de Toronto (Canadá)
- Ignace Bessi Dogbo, arzobispo de Abidjan (Costa de Marfil).
- Ladislav Nemet, arzobispo de Belgrado (Serbia)
- Jean-Paul Vesco, arzobispo de Argel (Argelia)
- Domenico Battaglia, arzobispo de Nápoles (Italia)
- Rolandas Makrickas, arcipreste coadjutor de la Basílica de Santa María Maggiore de Roma (Lituania)
- Mykola Bychok, obispo de la Eparquía ucraniana de San Pedro y San Pablo (Ucrania)
- Timothy Peter Joseph Radcliffe, teólogo (Reino Unido)
- George Jacob Koovakad, oficial de la Secretaría de Estado del Vaticano, responsable de los viajes del Papa (India)