A sus 64 años, Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre, presidente del episcopado brasileño y, además, del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), porta la birreta cardenalicia desde este 7 de diciembre.
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Forma parte del grupo de 21 nuevos purpurados que han dicho “sí a la unidad” y no a la “carcoma de la competencia”. Por eso, en esta nueva tarea que Francisco le ha encomendado prefiere “el título de diácono” que “se sobrepone al de eminencia”.
Así ha marcado ruta el neocardenal brasileño quien, en declaraciones al noticiero ADN Celam, aseguró que el Papa, en una carta, ha pedido a los prelados “ser ojos y oídos para ampliar el horizonte, ser manos unidas en espíritu de oración, ser pies descalzos para sentir la cotidianidad de la vida de nuestros pueblos”.
Tarea sinodal por delante
Spengler es el décimo presidente del Celam hecho cardenal. Considera que en esta ocasión desde América Latina sus nuevos colegas tendrán la oportunidad de llevar “la experiencia del continente a la universalidad de la Iglesia”.
“Ojalá el espíritu de Dios nos ayude a llevar a buen término esto que la Iglesia hoy nos está pidiendo”, dijo.
El presidente de la máxima instancia eclesial del continente aseguró que los trabajos para aterrizar el Sínodo 2021-2024 “apenas comienzan”. Su implementación será un proceso paulatino.
Luego de “amplio proceso de escucha” amén de las dos sesiones sinodales de Roma “se tiene la síntesis” por lo que todos: Celam, conferencias de obispos, diócesis y parroquias “tienen un gran trabajo por delante” para llevar adelante esto que “no es producto de la escucha personal” sino de la “escucha al Espíritu Santo”.