‘Sólo desde nuestra Madre, podemos reconocernos Hermano’. Con este lema, hoy se ha celebrado la tercera edición del Seminario Internacional de Guadalupe, sobre el misterio guadalupano y su relevancia en el mundo actual, un evento virtual promovido por la Academia Internacional de Líderes Católicos junto a otras entidades eclesiales.
En este foro de formación y reflexión participaron, entre otros, el cardenal Jaime Spengler, presidente del CELAM, el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo de México; el presidente de los obispos de Estados Unidos, Timothy Broglio. Como conferenciantes principales, se encontraban el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, Rodrigo Guerra, y el presidente de la Pontificia Academia Mariana, el franciscano Stefano Cecchin. Como anfitrión, el director de la Academia de Líderes Católicos, José Antonio Rosas.
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El presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), el cardenal Jaime Spengler quiso destacar “la presencia indígena extraordinario” del acontecimiento guadalupano. “Ella tiene el rostro de nuestros pueblo, de norte a sur”, remarcó. Por su parte, el cardenal Aguiar animó a los presentes a “hacer algo por nuestra sociedad que está enfrascada en polarizaciones, guerras y violencia”. “A María nos dirigimos para que la paz social en el interior de los países y entre los países sea alcanzable”, imploró en su alocución.
El norteamericano Timothy Broglio comentó sobre la Patrona de América que “nos enseña a servir a los demás” y puso su mirada sobre las regiones del mundo que están sufriendo hoy los azotes de la violencia, desde Haití hasta Ucrania. Para el arzobispo castrense de Estados Unidos, “tenemos que empezar a respetar a los demás y hablar con caridad aun cuando no estamos de acuerdo, recordando que todos estamos hechos a imagen de Dios”.
Manipulación ideológica
En el marco de su conferencia, Rodrigo Guerra recordó que el pasado 12 de diciembre, durante la eucaristía con motivo de la Solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, el papa Francisco “por tercera vez hizo referencia en su homilía a la manipulación ideológica de la Virgen”. “Ha sido un tema insistente porque él se ha dado cuenta de que diversas fuerzas políticas, a veces más de izquierdas, a veces más de extrema derecha, utilizan la figura de María de Guadalupe con fines electorales, de campaña, de promoción, como queriendo hacer creer que hay una sola propuesta católica”, denunció el responsable vaticano.
En esta misma línea, se remitió a Pablo VI para defender que “desde una misma fe se pueden derivar diversos compromisos políticos”. “Es contrario a la Doctrina de la Iglesia afirmar que existe una sola forma política que realiza los valores del Evangelio, la fe está llamada a hacerlos libres políticamente”, apuntaló Guerra.
Purificar la piedad
En su intervención, el italiano Stefano Cecchin presentó la formación como antídoto a esta manipulación de la Madre de Jesús. De hecho, lamentó que esté eliminando el curso de mariología en los seminarios: “Si tú no tienes una formación adecuada sobre María, vas a caer en el minimalismo o en el maximalismo, no podemos tener una fe de niños”. “El camino del papa Francisco ha emprendido el camino de purificar la piedad mariana, para que no solo haya expresiones externas sino también un camino interior que nos lleve a vivir el Evangelio en el día a día”, expuso.
Además, el franciscano compartió que “la verdadera devoción no es encender velas y peregrinar sin más, es vivir en la sociedad contra la injusticia”. “La Virgen de Guadalupe se manifiesta contra la injusticia y es una llamada a unir culturas”, sentenció el religioso. Justo después hizo hincapié en la necesidad de “no crear muros contra los que vienen de fuera, sino aprender a convivir, a vivir juntos respetándonos cada uno: cristianos, musulmanes, budistas…”.
El verdadero Código QR
La representación española estuvo abanderada por el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, así como por la religiosa María Luisa Berzosa, hija de Jesús y madre sinodal. Desde su experiencia al peregrinar al santuario mariano de México, Pérez Pueyo puso en valor “el poder que la Virgen de Guadalupe tiene como faro de esperanza” para todo el continente. Además, con la mirada puesta en Juan Diego, remarcó que “el Reino de Dios siempre se construye por los corazones más humildes”.
Con este punto de partida, el obispo de Barbastro-Monzón presentó a la Virgen como “el verdadero Código QR, porque a través de María nos conectamos con su propio Hijo, nos une con la esencia misma de nuestra fe, es la mediadora privilegiada que nos lleva al corazón de su Hijo”.
En esta misma línea, María Luisa Berzosa, compartió cómo la asamblea sinodal ha sido reflejo de esa “escucha atenta” de María de Nazaret “atentos a los signos de los tiempos”. “No podemos permanecer ajenos ni al margen del mundo”, reivindicó la consagrada, que alentó a los participantes en el encuentro a “pacificar nuestros entornos familiares, eclesiales y sociales”.
