“En memoria de los que han muerto en esta inundación, en recuerdo de tantas familias que lo han pedido todo, en agradecimiento a todos los voluntarios que nos han ayudado”. Estas son las palabras que el vicario episcopal del área metropolitana de Valencia, Jesús Corbí, le dirige a Francisco en una carta que le ha sido entregada al Papa esta mañana en el vuelo hacia Córcega.
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Esta misiva estaba acompañada de la escultura de un ángel de la parroquia de Pincaya que fue destrozada por las riadas de asolaron Valencia a finales de noviembre. La escultura representa un ángel en estado de adoración que se encontraba junto al sagrario y que apareció sin cabeza y sin alas tras las inundaciones. El otro ángel que completaba la pareja quedó totalmente irreconocible.
Embarrados
Tras el habitual saludo a los periodistas, el equipo que acompaña al Santo Padre le hizo llegar este regalo. Corbí le explica al obispo de Roma en su escrito que esta talla también refleja el sentir “de los sacerdotes que hemos llorado y estado embarrados, limpiando, animando y enterrando a seres queridos“.
En paralelo, el cura valenciano agradece al Pontífice los gesto de cariño hacia su su tierra, “por sus palabras, por su oración y su recuerdo en la audiencia, en el Ángelus, en la llamada telefónica al arzobispo, en la visita del cardenal Czerny”.
“Le hacemos llegar este ángel que ha estado durante décadas en gesto de adoración junto al sagrario de la parroquia de Picanya, la más dañada de toda la diócesis”, expresa el presbítero. “Es signo -continúa explicando- de la oración el sufrimiento y el trabajo de nuestro pueblo que, caminando juntos, vamos a ser peregrinos de esperanza en esta dramática situación”, remata.