Poco antes de las 9 de la mañana el papa Francisco ha aterrizado en el aeropuerto Napoleón Bonaparte de Córcega. De esta manera el pontífice iniciaba su viaje apostólico internacional número 47 a esta isla francesa para participar en la conclusión del Congreso “La Religiosidad Popular en el Mediterráneo” que se ha celebrado en Ajaccio, la capital de la isla.
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Un vuelo muy breve
Francisco salió a las 8:00 h de la mañana de Roma tras encomendar su viaje a la Virgen en la basílica de Santa María la Mayor en el día previo. El Papa, antes del viaje, acompañado del cardenal limosnero Konrad Krajewski, saludó a un grupo de unas diez personas sintecho que suelen pasar la noche en torno a la Columnata de San pedo en el Vaticano. En pontífice ha viajado a bordo de un avión A320 Neo de la compañía ITA Airways y ha utilizado un elevador para la entrada y salida del avión. “Es un vuelo muy breve en el que no podemos hacer el coloquio habitual”, señaló el Papa durante el vuelo a los periodistas presentes a quienes agradeció su labor.
Algunos niños y habitantes con el traje regional, junto a varios obispos recibieron al Papa a la salida del avión, donde fue recibido con música. Y es que es la primera vez que un pontífice visita esta isla francesa situada a 500 kilómetros de Roma. La acogida ha sido realizada institucionalmente por los obispos y algunas autoridades locales y el ministro del Interior de Francia. Está previsto que en este mismo aeropuerto, por la tarde será el encuentro con el presidente de la República, Emmanuel Macron.
Francisco durante unas pocas horas a Ajaccio, la conocida como ‘Cité Impériale’, capital de la isla, lugar de nacimiento de Napoleón. En el congreso están presentes de obispos de Italia, Francia, España y otros países de la zona. El Papa fue invitado a esta cita por el cardenal de origen español Francisco Javier Bustillo, obispo de esta diócesis. El cardenal Pietro Parolin señaló que “en las circunstancias actuales del mundo, la paz será sin duda un pensamiento dominante”, apuntó en una entrevista para los medios vaticanos en la que recordó la idea que repite Francisco sobre “que el mare nostrum no debe ser el cementerio de quienes buscan un futuro mejor, arriesgando su vida”.